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España - HolandaJavier Imbroda. Esta vez la selección, no fue un equipo. ¿Qué ha sucedido a una selección actual campeona del mundo, para que haya quedado eliminada de una forma tan aplastante y concluyente? Sin paliativos, ni sombras de dudas. En un abrir y cerrar de ojos. Me recordó la eliminación de Madrid 2020 como ciudad olímpica. Una cantidad enorme de ilusiones y esfuerzos, depositadas en la candidatura, y a las primeras de cambio, sin casi tiempo a sentarnos para ver el resultado de las votaciones, nos encontramos con que ni siquiera pasaron el primer corte. Recuerdo el desconcierto de todo el mundo, incluidos los presentadores del telediario que se quedaron con sus polos uniformados del logotipo de Madrid olímpica, sin capacidad de reacción. Estupefactos, algo así como, no lo puedo creer.

Algo así le ha sucedido a la selección española de fútbol. No nos ha dado tiempo a calentar el sillón de turno para disfrutar de este mundial. ¿Hay alguna explicación a esta situación? Solo una observación, hay multitud de factores que influyen en el rendimiento de un equipo sometido a ese tipo de presión. Factores que en algunos casos afloran, y otros no.

Antes de entrar en valorar esta situación, decir en contra de la opinión de esos que mezclan sentimientos que no tienen nada que ver, que no ha perdido España, sino la selección española de fútbol, igual que cuando gana, no lo hace España, sino su selección. En fin, hay veces que te encuentras con comentarios sin ningún sentido sano.

Lo que le ha sucedido a la selección, son el resultado de procesos de equipos que han alcanzado el éxito. La selección española no tiene ninguna exclusividad al respecto. Antes ya le ocurrió a otras selecciones que fueron campeonas del mundo. Tal vez, sorprenda lo estrepitoso del caso, pero nada diferente a lo que pasara históricamente. Después de lo pasado, muchos dicen que si este o aquel futbolista tenía que haber sido sustituido o no, pero esto corresponde al después. Son cuestiones que tienen que ver con el físico, pero sobre todo con el aspecto mental. Llegaron sin hambre de competición, y si no tienes hambre, el físico es secundario.

¿Otros jugadores?, a esta pregunta, responder, ¿alguien se hubiera atrevido a cambiar al eje que nos ha dejado un legado glorioso?, yo no. Yo muero con mis hombres, con los que me ayudaron a ganar. Se ganaron el derecho, más que ganado, a que termináramos con ellos el ciclo vital que todo equipo tiene. Y no hay más.

Para aquellos “visionarios”, esos que por no tener nada, ni siquiera han perdido. Esos que tienen el gatillo fácil para enjuiciar a las primeras de cambio sin respetar toda una trayectoria, y quedarse solo con el error o con la derrota, hoy tan extendido en el mundo de las redes, contarles una situación similar que que pasó con Chicago Bulls del gran Michael Jordan. Al ganar el sexto anillo de campeones, su general manager, quiso renovar en pleno al equipo, decía que era mayor. No dejó que fuera el equipo, ese que se había ganado la admiración, quienes agotaran sus propias fuerzas. Quiso jugar a visionario, adelantarse a ese final de ciclo para mantenerse en la gloria. Eso hizo, desmanteló al equipo campeón con el objeto de renovarlo, y el resultado final fue que tardaron seis años en poder jugar un playoff, por supuesto de ganar el campeonato, ni hablamos.

A mí, no me hubiera sucedido lo mismo, moriría con los jugadores que me acompañaron en el triunfo, y perdería con ellos. Ahora sí, la selección inicia un nuevo ciclo. No será nada sencillo, acercarse a los grandes logros que esta generación de grandísimos jugadores nos ha ofrecido. Mientras llegan las futuras renovaciones, mis respetos y admiración a esta selección que consiguió ser el equipo de todos.