Rodrigo de la Torre. -Tras tres durísimos partidos, el F.C. Barcelona está a un paso de ser el nuevo rey de la Liga Endesa.
Vikingos y culés pasaron todas las pruebas a las que se les sometieron para saber si eran los mejor preparados ser coronados. El conjunto blanco y el equipo blaugrana continúan su duelo en lo alto de la torre y tras un duro intercambio de golpes el Madrid cayó al suelo, por lo que el Barcelona domina el combate con su espada en el cuello de su oponente.
En el tercer partido, los catalanes dieron todo un festival de triples. Con un 57% de acierto, los culés anotaron dieciséis triples; de los cuales diez fueron anotados entre Oleson, Nachbar y Navarro. “La bomba” ha recupero su mejor rendimiento, en estas finales no ha bajado de los catorce puntos demostrando así que todavía no está acabado. El escolta estuvo apartado de las canchas durante muchos partidos la temporada pasada debido a una fascitis plantar; sin embargo, este curso el internacional ha recuperado totalmente su juego tras haber empezado con muy malas sensaciones.
El conjunto catalán arrolló al Real Madrid, cinco de sus jugadores anotaron más de diez puntos y seis tuvieron una valoración de dobles dígitos. Además, los culés repartieron mucho más juego que los blancos, casi doblaron en asistencias a los madrileños, dando diecinueve asistencias. A parte de esto, el equipo madrileño defendió como en el primer encuentro, dejando muchos espacios que los catalanes supieron aprovechar perfectamente en ambos encuentros para hacerse con la victoria.
Por su parte,los vikingos han de analizar los fallos que tuvieron en el tercer encuentro. Una de sus principales bazas fueron los triples, tan solo anotaron seis de diecinueve intentos y en la media distancia tampoco tuvieron mucha suerte, convirtiendo tan solo veinte de cuarenta y tres tiros. Los blancos no tienen otra opción que ganar, ya que de ser derrotados serán desterrados y no tendrán otra oportunidad para gobernar hasta la temporada que viene. El Madrid no necesita la victoria solo para evitar la coronación de los culés como nuevos reyes, sino, porque tras una temporada casi perfecta en la que solo han perdido dos encuentros, la Copa del Rey, que no es que sea un título despreciable, sabe a poco. Entonces, la necesidad de ganar es algo más psicológico de cara a la próxima temporada. El conjunto blanco está entre la espada y la pared y solo el mismo puede sacarse de este aprieto.
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