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Brasil perdió la chistera

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ronyBrasil se va de su Mundial con la certeza de que los exámenes, casi siempre, se aprueban si uno va bien preparado. Ir bien preparado no es colocarse horas delante del libro, es lograr que esa observación de la materia sea productiva y sirva para garantizar una buena respuesta cuando llega el momento. Tampoco sé si se pararon horas delante del libro. Los brasileños llevan años embriagados por el éxito de las consecuciones previas: Mundial, Olimpiadas, Confederaciones. Sin embargo para ganar un mundial, además de organizarlo, desearlo y soñarlo, hay que ganarlo contra la presión, la ansiedad, la necesidad de cumplir promesas y ante un rival que, esta vez para Brasil ha sido la pelota.

Hace tiempo que perdimos de vista a esa selección brasileña que siempre nos guardaba un gesto para poder esgrimir argumentos deslumbrantes en charlas y debates, dando así más gloria al fútbol. Aquella selección que unía la eficacia con la belleza. Eso pasó a la parte que llamamos memoria, lo que vemos desde hace años de Brasil son lugares comunes, juntamientos de estrellas que andan desperdigadas por el mundo y a las que el ensamblaje de la samba futbolística no les llega o les queda demasiado grande.

Nada que decir de estos jugadores brasileños que perdieron ante Alemania, les tocó estar ahí, pero esa decostrucción del sentido, la práctica y la idea del fútbol brasileño tiene muchos autores que, por suerte para ellos, no estuvieron el día del sacrifico. Despedida sin honores pero con respeto y curiosidad por ver cómo y quién reinventa, a partir de los cascotes que dejó Alemania, a la selección que siempre nos hacía mirar al fútbol como a la chistera de un mago. Esperemos que pronto se alce el telón y el espectáculo continúe.