Diego Pablo Simeone parece experto en sacar el máximo de cada uno de sus futbolistas pero, si analizamos con detenimiento ciertas claves desde que el argentino recaló en el Calderón, podemos ver como no todos los jugadores le sirven. Para que el Cholo pueda convertir a un futbolista en uno más de sus guerreros esta ha de tener una característica fundamental: la experiencia. Simeone ha demostrado no tener paciencia y arriesgar poco (por no decir nada) a la hora de dar minutos a los jóvenes canteranos. No es que no los quiera, es que no quiere hacerse cargo de si formación.
Prueba de ello es que los jóvenes colchoneros, tras dar los primeros pasos en el primer equipos, salen cedidos a otros equipos en los que deben curtirse y a la vez ganarse el derecho a volver y reclamar un puesto en el primer equipo rojiblanco. Saúl ha sido el último ejemplo de ello. El canterano jugó la pasada temporada en el Rayo donde pidió a voces una oportunidad al Cholo, quien parece dispuesto a brindársela este curso futbolístico. Ahora les toca a otros empezar este proceso. El Cholo ya ha avisado a sus pupilos de que deben buscar minutos fuera. Oliver y Manquillo han sido los primeros en obtener destino, pero no serán los únicos. Thomas, Giménez, Guilavogui y Baptistao tendrán mucho que decir en el futuro del Atlético de Madrid pero no en esta próxima temporada. Porque ya saben, el Cholo los quiere formados.
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