Inicio 1ª División El nuevo spray desde la óptica del árbitro: ¡Qué bueno que viniste!

El nuevo spray desde la óptica del árbitro: ¡Qué bueno que viniste!

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foto sprayManuel Arenas.- La Junta Directiva de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) publicó el pasado 23 de julio la aprobación del uso del «aerosol evanescente», spray para los amigos, en los encuentros de los Campeonatos Nacionales de Liga de Primera y Segunda División a partir de la próxima temporada 2014-2015.

Aprovechando la probatura llevada a cabo en el Campeonato del Mundo de Brasil, la RFEF se atreve con esta nueva medida, también confirmada por otras ligas como el Calcio, que pretende facilitar el trabajo de los árbitros y evitar lances que dificulten el juego. Innovar supone explorar lo desconocido, y las dudas sobre la futura utilidad de la nueva herramienta arbitral están servidas. Dar respuesta a las mismas, observando la situación desde la privilegiada posición del árbitro, es el propósito de estas líneas.

Las funciones que se pretenden con el nuevo artilugio son tres: delimitar la zona dónde se encuentra el balón que va a ser pateado (1), marcar el punto donde la barrera de jugadores debe colocarse (2), y hacer saber a esos jugadores que traspasar la línea marcada con el aerosol antes de que el pateador toque el esférico supondrá una amonestación por «no respetar la distancia reglamentaria», tal y como indica la Regla 12 de las «Reglas de Juego FIFA» (3). El objetivo que con tales funciones se persigue no es otro que permitir al lanzador un normal y correcto desarrollo de su derecho, que es precisamente lanzar.

Para cumplir con su cometido el spray necesita ser accionado por un humano previamente encargado de tal misión: el árbitro. Con el simple gesto de agacharse y trazar las marcas en el césped, el objetivo antes mencionado se consigue. Y se consigue de una manera clara y visual, pues si algún jugador traspasa la línea en el momento indebido buscando torpedear el desarrollo del tiro, la incorrección de su conducta será más que evidente.

Resulta curioso observar cómo lo que a partir de ahora será un simple gesto que en muchos casos no supondrá ni mediar palabra siquiera, antes podía convertirse en una pesadilla. Hasta ahora, el árbitro suspiraba por que no se ocasionaren faltas por tal de no enfrentarse al infierno de las barreras. Además de tener que colocar prácticamente uno por uno a los jugadores de la barrera, hacer varias señales para que se ubicaran en el lugar correcto, y dialogar constantemente con ellos para advertirles de las consecuencias de su potencial infracción, el árbitro debía mirar de reojo al lanzador para que no adelantara el balón y adquiriera una ventaja inmerecida. Hasta que todo estaba «más mal que bien» el árbitro no tenía respiro.

Por otra parte, los «tiros-chapuza» eran una constante durante los encuentros. Aprovechando despistes del árbitro, los lanzadores ganaban poco a poco centímetros adelantando el balón. Las ejecuciones con jugadores que salían de las barreras antes de tiempo no eran nada infrecuentes, y lo peor es que los árbitros no tomaban medidas. No amonestaban ni hacían repetir los lanzamientos, posiblemente por temor a que todo el embrollo volviera a repetirse. Por todo ello, en determinados casos, el miedo del árbitro podía incluso suponer consecuencias tan poco deseables para el devenir del juego como dejar de señalar faltas para ahorrarse todo el trabajo sucio.

Todo eso ha acabado. En primer lugar, seguro es que el spray supondrá para el árbitro una liberación, que por otra parte contribuirá positivamente a la valoración social de su trabajo. Además, el espectador se ahorrará vivir las marrullerías antes descritas, y podrá disfrutar más de los partidos. Y finalmente, siendo posiblemente lo más importante, también es seguro que la nueva medida favorecerá el espectáculo, disminuirá los lances que nada aportan al juego, y permitirá al fútbol desarrollarse de manera más saludable, cosa que sin duda merece.