Mario Morientes. Después del mal año vivido en el Barcelona la temporada pasada,tanto en lo deportivo como en lo directivo, varios jugadores quedaron señalados por su bajo rendimiento y alguno de ellos quedó condenado a una posible salida en el periodo de fichajes de verano.
Este es el caso de Dani Alves. La salida del lateral brasileño se antojaba una cuestión de días tras su también decepcionante participación en el Mundial, en el que solamente participó en dos partidos. Pero tras su vuelta a Barcelona, Alves decía que su deseo era seguir en el club y que lo único que necesitaba era hablar con Luis Enrique para ver si la posición del entrenador era la misma.
Tras la vuelta a los entrenamientos se habría producido esa reunión entre el técnico y el jugador, en la cual Luis Enrique ya le habría comunicado a Alves que no cuenta con él para el nuevo proyecto, por lo que deberá buscar una salida. Los principales escoyos de la operación serían el elevado salario que percibe el jugador y la falta de un sustituto para el carril derecho, pues en Barcelona solamente cuentan con Montoya para esa posición. El principal objetivo del club para sustituir al brasileño era Cuadrado, que venía jugando de extremo los últimos años en el Calcio, pero la Fiorentina ha tasado al jugador en 50 millones, una cifra a la que el Barcelona no tiene intención de llegar.
Alves está en el punto de mira de varios clubes europeos, tanto Liverpool como Inter o Milan están interesados en el jugador. Pero ningún equipo está dispuesto a hacer un gran desembolso por un jugador que acabe contrato en Junio de 2015 y que dejaría gratis el Barcelona el próximo año. Luis Enrique también le habría comentado al jugador y a la directiva, que la continuidad del jugador en el club un año más no supondría ningún problema, ya que se prefiere dejarle marchar libre el próximo verano antes de mal vender y precipitarse a la hora de fi
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