Rodrigo de la Torre.- Ya son tres los enfrentamientos jugados para preparar el mundial, y ya son tres las victorias conseguidas. La última se consiguió ante Turquía donde el combinado nacional español venció a su rival por una ventaja de veintidós puntos.
La selección realizó un soberbio encuentro en todas sus facetas. El juego interior volvió a ser la clave de la victoria, debido a los cuarenta puntos que nuestros pívots anotaron en conjunto; sin embargo, fuimos testigos de cómo el exterior por fin se quitaba el chándal y entraba a pista. Un ejemplo de esta mejora fue la gran actuación de Juan Carlos Navarro que anotó quince puntos, y otras exhibiciones secundarias de Calderón y Llull, siete cada uno.
Otra gran faceta de nuestro juego fueron los tiros libres, nuestro conjunto convirtió diecinueve de veintiún lanzamientos desde la personal, cuando esta siempre había sido la pesadilla de muchos de nuestros jugadores. El equipo empieza a consolidarse, moviendo cada vez mejor el balón y encontrando las mejores opciones de tiro en cada jugada.
Sin embargo, todavía quedan un par de pequeños detalles por perfeccionar. En los inicios del encuentro al combinado le cuesta un mundo ver la canasta, lo cual después compensa con una rápida recuperación de los puntos perdidos en los primeros minutos; no obstante, de cara a enfrentamientos con equipos que realicen una gran anotación, este estancamiento puede suponer la diferencia entre la victoria y la derrota. Y no es este el único momento del encuentro en el que a la selección le falta sangre en las venas, mientras que en el primer período el problema es la falta de anotación en el tercero es lo contrario, la defensa es el mayor ‘handicap’ del equipo. En los tres partidos disputados el conjunto ganaba al descanso por una diferencia de diez o más tantos, y en los tres encuentros la diferencia se ha reducido notablemente durante estos diez minutos.
Son dos pequeños detalles que solo se disipan con la experiencia y esta solo se gana jugando partidos y cometiendo errores. Es por ello que cada vez que se disputa un campeonato se realiza una gran preparación de cara este, por lo que al final cuando llegue el mundial, el combinado nacional tendrá experiencia suficiente para solventar estos fallos.
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