Inicio Atlético de Madrid Atlético 4 – 0 Sevilla: Vuelve el Cholo, vuelve la tranquilidad

Atlético 4 – 0 Sevilla: Vuelve el Cholo, vuelve la tranquilidad

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atléticoVolvió el Cholo y el Atlético volvió a ser el mismo. Intensidad, rigor táctico y efectividad son los dogmas que marca Simeone a sus pupilos quienes vuelven a cumplirlos a rajatabla. Tan bien se plantó el Atlético de Madrid sobre el césped que el Sevilla pasó con el Manzanares con mucha pena y nula gloria. Los goles de Koke, Saúl, R. García y R. Jiménez sirvieron para firmar una goleada que sirve a los colchoneros para dar un golpe de autoridad en la clasificación.

Comenzaba el partido tosco, con ambos equipos más preocupados por estudiar al rival que por elaborar su juego. El Atlético parecía despertar de dicho sopor antes el que los hispalenses, que no salieron de la situación de embotellamiento en todo el partido. Ansaldi fue un cuchillo constante por la banda izquierda y el enmascarado Mandzukic se las tenía tiesas con los centrales sevillanos. En este clima hostil empezaron a aparecer los huecos en el entramado defensivo orquestado por Emery. Uno de ellos aprovechó Koke para mandar un zapatazo que, tras rebotar en un contrario, se coló mansamente en la portería de un Beto impotente.

El gol solo dio paso a una mayor superioridad colchonera. Koke parecía omnipresente y Saúl demostraba al Cholo que se toma sus oportunidades muy  en serio. Entonces apareció el arma por excelencia de los madrileños. Gabi sacaba una falta desde el centro del campo. Arda la ponía de cabeza atrás para Miranda que, sin dejar que el balón tocase el suelo, lo ponía al segundo palo. Allí apareció Saúl como un obús para hacer el segundo. Ni en los mejores entrenamientos podría haber salido de igual forma esta nueva jugada ensayada que sirvió para poner el delirio en las gradas del Calderón, que esta noche celebraba el día de la peñas colchoneras.

Ya en el segundo acto, la resignación e impotencia sevillistas comenzaron a pasar factura y cada vez que un jugador hispalense llegaba tarde acompañaba su jugada de una dura entrada. Se puso bronco el partido. Tan bruto que el Atlético echó un balón fuera para que Mandzukic, que yacía maltrecho en el suelo, fuese atendido y Emery ordenó a sus jugadores que no lo devolviesen. Este feo gesto despertó de nuevo a los colchoneros que hasta entonces parecían satisfechos con el botín obtenido.

Apretó de nuevo el Atlético y de que manera. Griezmann se movía a su antojo y Raúl Jiménez parecía por fin haber transmitido a sus piernas las ganas de agradar que alberga. Fue el mejicano el que asistió precisamente al francés. Este último era derribado al recibir dentro del área y el colegiado señalaba la pena máxima. Jiménez se atrevía a pedir el lanzamiento pero su tocayo García fue el encargado de transformar el penalti. Pero no tendría que esperar mucho Jiménez, su turno estaba al llegar.

Fue de nuevo en una falta lejana. Koke la ponía donde duele a los porteros: entre el área chica y la defensa. Allí que saltó el ariete mejicano del Atlético para en plancha firmar el cuarto del partido, el primero en su cuenta personal. Se agarraba el escudo con rabia para mostrar a la afición su deseo de ser uno más en el Manzanares. Con noches como la de hoy, lo conseguirá.