El Real Madrid ha sufrido más de lo necesario para sacar los tres puntos frente al Ludogorets. Los blancos entraron al campo confiados, sabiendo que el rival que tenían en frente era el más débil del grupo y quizá de la Champions. Un pensamiento que poco ayuda en este deporte ya que cualquier rival puede sacar algo bueno de los partidos. Esta vez, para ellos, tanto la imagen mostrada como evitar la goleada fueron su mejor carta de presentación ante el mundo.
La gran noticia para el Madrid fue Benzema, el francés fue la brújula atacante del Madrid ofreciendo alternativas y redondeando su noche con un gol. Despejó dudas ante todos esos críticos que solo le valoran por los goles que hace y no por el juego que es capaz de desplegar, beneficiando a todos sus compañeros. Pocos jugadores como él serían tan válidos al lado de Cristiano y Gareth Bale.
El Real Madrid se atascó y no supo cómo hacer daño al Ludogorets. Faltaba la visión de Kroos, los movimientos de James y la ya comentada actividad de Benzema, los tres en el banquillo de inicio. Isco se echó el equipo a la espalda e intentó hacer todo el trabajo pero era un solo contra un equipo cargado de ilusión. Chicharito no tuvo su día, el mexicano salió de inicio pero no mostró el mismo acierto que contra el Deportivo de la Coruña. Igual pasa con Illarramendi que se le ve mejor cuando actúa de revulsivo que cuando tiene la responsabilidad de la titularidad.
Los búlgaros se adelantaron en el marcador a los 5 minutos gracias a un córner, los malditos córners. Marcelinho estuvo en lugar oportuno para adelantar en el marcador a su equipo y dar la sorpresa a todo un país. Pocos minutos más tarde el Madrid tuvo la oportunidad de igualar la contienda con un penalti pero el portero repelió el disparo a Cristiano Ronaldo. Otra sorpresa más para el disfrute de la grada. De nuevo la mala suerte iba a acompañar a Cristiano con un gol mal anulado por parte del árbitro que poco después iba a recompensar con un penalti que hay que mirar más de una vez para verlo. Esta vez el portugués no falló y estableció el empate en el marcador.
El paso de los minutos mostraba a un Real Madrid dominante pero sin suerte de cara al gol. Benzema entró al campo y todo cambió, el francés bailó con el balón y se sintió cómodo con él. Todo lo que hacía estaba bien hecho y suyo fue el gol que dio la victoria a los blancos.
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