Inicio 1ª División De la brillantez a la desconfianza

De la brillantez a la desconfianza

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Iturraspe y JacksonÁlvaro Ferrero.- El fútbol contiene muchas veces enigmas sin respuesta que se desencadenan de repente, sin previo aviso y en el momento más inesperado. Ni en Bilbao ni en ningún rincón de la esfera futbolística se puede explicar la metamorfosis que ha sufrido el Athletic de Bilbao de un año a esta parte. La victoria en Almería de la última jornada ha supuesto un balón de oxígeno para el conjunto vasco, pero en San Mamés, la crisis deportiva se prolonga jornada tras jornada, lo que no hace otra cosa que aumentar la crispación de los fieles seguidores rojiblancos.

La realidad es que no existen motivos de peso para justificar el bache que está sufriendo el cuadro dirigido por Ernesto Valverde. El bloque se mantiene prácticamente intacto con respecto al de la pasada campaña, a excepción de la baja de Ander Herrera, quien ahora se mantiene a las órdenes de Van Gaal en el Manchester United; mientras que al plantel bilbaíno solo se ha incorporado el delantero Borja Viguera y, a la par, han irrumpido con fuerza algunos canteranos de Lezama, como es el caso del talentoso Guillermo Fernández.

El punto de inflexión de este Ahtletic en la presente temporada fue la eliminatoria de previa de Champions League ante el Nápoles, en la que los rojiblancos lograron la clasificación hacia la fase de grupos tras el 3-1 cosechado en San Mamés. Pero esa tremenda alegría se ha ido diluyendo en la competición europea, y el cuadro vasco tiene ya prácticamente los dos pies fuera tras lograr un paupérrimo bagaje de un punto de nueve posibles. Salvo un milagro de dimensiones bíblicas, el Athletic se tendrá que conformar con pelear la tercera plaza del grupo ante el BATE Borisov e intentar así continuar su periplo continental en la Europa League.

Asignaturas pendientes

Iraola pase

En el campeonato doméstico, la situación tampoco es demasiado halagüeña. Actualmente, los pupilos de Valverde están situados en la decimoquinta posición, con tan solo dos victorias (ante el Levante en casa y contra el Almería a domicilio) y cinco derrotas en nueve jornadas disputadas. Durante la pasada campaña, el conjunto vasco hizo del precioso nuevo San Mamés un fortín del que pocos conjuntos eran capaces de arañar un resultado positivo; pero en el presente ejercicio es incapaz de volver a encontrar esa magia que devuelva la ilusión a su afición.

La falta de gol en los partidos como local es uno de los hándicaps del equipo. No obstante, los bilbaínos no han sido capaces de anotar en tres partidos durante el presente ejercicio (Granada, Éibar y Shaktar Donetsk lograron mantener su puerta a cero). Este dato contrasta con el de la pasada temporada, en la que el Athletic logró 37 goles en 19 jornadas de Liga en San Mamés, a casi dos tantos por encuentro.

En busca de la solidez

Con todos estos contratiempos, el mal arranque del equipo vasco es evidente, pero durante los últimos partidos los futbolistas rojiblancos han dejado muestras de una leve mejoría en su juego. En Oporto, el Athletic se jugaba el seguir con vida en la Champions League, y la realidad es que tuvo el encuentro en la mano tras el gol del empate conseguido por Guillermo Fernández. Durante algunos minutos se vio al equipo alegre y descarado de la pasada temporada, pero otro de tantos errores defensivos acabó por costarle demasiado caro tras el gol de Quaresma con la ayuda de la pifia de Gorka Iraizoz.

LaporteEn el encuentro del pasado sábado en Almería, el oficio del equipo fue muy importante para mantener el 0-1 logrado por Etxeita. Se vio a un conjunto con menos nervios y más paciente, aunque el Almería tampoco exigiera demasiado a una defensa que vive con muchas dudas en esta fase del campeonato.

Valverde debe volver a encontrar la fórmula que haga del Athletic un conjunto avasallador, sobre todo en los encuentros disputados en San Mamés, que es donde se cimienta la fortaleza del equipo. Olvidar el desastre de la Champions y centrarse en el campeonato liguero debe ser la asignatura del colectivo vasco, que todavía está a tiempo de lavar su imagen y comenzar a escalar en la clasificación. Los aficionados confían en volver a escuchar el rugido de sus leones.