Cuatro de las cinco peores selecciones europeas en el ranking FIFA puntuaron este fin de semana
En el panorama futbolístico europeo, selecciones como San Marino, Islas Feroe, Liechtenstein o Malta han jugado tradicionalmente el papel de meras comparsas. Cenicientas habituales en sus grupos de clasificación para Eurocopa o Mundial. Peritas en dulce que suelen asegurar los seis puntos en el casillero de sus combinados rivales y abultadas goleadas en partidos de trámite. Sin embargo, este pasado fin de semana sucedió una catarata de hechos históricos. Estas cuatro selecciones, que son cuatro de las cinco peores europeas en el ranking de la FIFA junto a Andorra, puntuaron en la fase de clasificación hacia la Eurocopa 2016.
San Marino (208 en el ranking FIFA) acabó ante Estonia (0-0) con una racha de 61 derrotas consecutivas, 66 si se contabilizan solo partidos de competición. Desde septiembre de 2004, no conocían otra sensación distinta a la de perder, mientras que en competición oficial, no rascaban un empate desde 2001, precisamente ante otro rival del Báltico, Letonia, en las eliminatorias rumbo al Mundial 2002. Los sanmarinenses pusieron fin a diez años de calvario en casa ante Estonia con un empate a cero que supo a gloria a un microestado de algo más de 30.000 habitantes, poco dados a alegrías de este tipo. No hay más que ver el estallido de felicidad de todo el equipo con el pitido final
Otra hazaña de renombre tuvo lugar en el Pireo. Grecia, situada en el 18º lugar de la tabla clasificatoria que establece la FIFA, sucumbió (0-1) ante la antepenúltima selección europea según esa misma clasificación, Islas Feroe (187 en el ranking FIFA). Los nórdicos derrotaron por la mínima a todo un octavofinalista del pasado Mundial. El solitario gol de Edmunsson fue suficiente para abatir a jugadores de la experiencia de Torosidis, Gekas o Karnezis. La derrota ha supuesto el cese del italiano Claudio Ranieri, que llegó al banquillo heleno hace apenas cuatro meses y que finaliza su primera aventura como seleccionador con un ridículo ante un país conformado por un archipiélago de islas con menos de 50.000 habitantes.
Otra isla mayor en extensión pero no por ello con mejores resultados es Malta (157 en el ranking FIFA), que será siempre recordada en los mentideros del fútbol a nivel de selecciones por el mítico 12 – 1 ante España. En la cuarta jornada clasificatoria también reclamó su ración de protagonismo al sacar un punto a domicilio ante Bulgaria en Sofía (1-1). Los malteses remontaron el tanto inicial búlgaro desde el punto de penalti y resistieron para mantener las tablas.
Por último, Liechtenstein (154 en el ranking FIFA) obró la épica de vencer como visitante en Moldavia (0 – 1). Es su primera victoria en eliminatorias de clasificación a una Eurocopa lejos de Vaduz, su capital. El principado centroeuropeo, con una población que ronda las 35.000 personas, venció gracias a un precioso gol de falta de su capitán Burgmeier a falta de un cuarto de hora para el final. En competición oficial solo cuentan con un triunfo más a domicilio, el conseguido en Luxemburgo en 2004, en este caso en el camino hacia el Mundial de Alemania 2006.
Son buenos ejemplos de que el tópico futbolero “no hay rival pequeño” a veces se cumple. Varios botones de muestra de que los modestos tienen y merecen su hueco en el fútbol internacional, ya que hitos de este tipo representan la esencia del fútbol. Aquella en la que jugadores, unas veces semiprofesionales o incluso amateurs, otras totalmente desconocidos, pero siempre alejados de los focos, reclaman su espacio en el mapa del fútbol internacional. Esa esencia que este fin de semana provocó la rebelión de las comparsas.
Fotos: UEFA/AFP
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