El Levante se llevó el derbi valenciano por dos goles a uno en un partido intenso cuyos grilletes tácticos se desmoronaron en el segundo tiempo. En esos instantes llegó el gol de Casadesús; Parejo empataría el encuentro pero Morales devolvería la ventaja a su equipo en la siguiente jugada. Con esta derrota el equipo de Nuno enlaza dos encuentros sin ganar por primera vez en la temporada.
El primer acto de este hermoso partido correspondió a una lucha de rigor táctico levantino contra un Valencia que, siguiendo su tónica habitual, arrancó muy concentrado en el encuentro. Un inicio eléctrico con una consigna clara. Centros, centros y más centros. El equipo de Nuno intentaba aprovechar la titularidad de Álvaro Negredo y su potencia aérea para dañar las ordenadas filas del conjunto de Lucas Alcaraz. Los balones colgados se sucedieron, uno tras otro.
Infructuosas maneras. Los aficionados levantinos se debieron de alegrar de la rigidez de pierna de Barragán. Ninguno pasó del susto. Ni siquiera Gayà o Piatti, alumnos más avezados en esas disciplinas consiguieron sobresaltar a la grada del Ciutat. Balones sin idea ni intención. Tanto es así, que la primera gran oportunidad del partido la tuvo Barral. El delantero remató un centro de Iván López pero Alves salvó al Valencia.
Como un fuelle, el Levante fue ganándole terreno al Valencia. Con el paso del crono se igualaron las tornas y el juego se mudó a la medular del campo. Los últimos compases de la primera mitad estuvieron más protagonizados por la agresividad de algunas acciones, los corrillos posteriores y las pacificaciones del colegiado Vicandi Garrido.
La segunda mitad fue un mundo nuevo para los veintidós jugadores que saltaron al campo. El Levante mostró garra. Y jugó. Claro. Una de las normas de la física universal del fútbol es que cuanto más atacas, menos defiendes. El partido se transformó en un ir y venir de ocasiones. El equipo granota había salido a revolucionar el encuentro y al Valencia le pilló demasiado desprevenido como para volver a calmarlo. Las ocasiones, hasta ahora desterradas a excepcionales momentos, se erigieron como actores principales del césped. Barral, Negredo, André, Iván López,… Y a la quinta ocasión seguida, Casadesús estrenó el marcador. En un córner consiguió adelantarse a Mustafi ayudado por una pantalla de su compañero.
Nuno no tardó en actuar. Cinco minutos después ingresaron en el campo Parejo, recién recuperado de su lesión, y Feghouli. El Valencia dispuso un dibujo con tres defensas. El Valencia consiguió hacerse con el control del balón, embotelló al rival y logró lo que buscaba. Parejo, diez minutos después de saltar al campo, igualó el marcador. Iván López despejaba en medio fallo y el balón le cayó al mediocentro che, que trazó una pared con Negredo para acabar fulminando a Mariño.
Un minuto después, Morales se inventaría un auténtico golazo. Se internó desde la derecha de puntillas. Poco a poco, sin que nadie le saliera al paso. Acabó en la frontal del área, se fue para dentro y con zurda clavó el balón en la escuadra derecha de Alves. El Valencia se quedó chafado, lo siguió intentando, sobre todo desde las botas de De Paul. El argentino estuvo muy activo durante los últimos cinco minutos e incluso sirvió un centro que Negredo malogró.
Una victoria merecida por un Levante que supo aguantar cuando tuvo que hacerlo y arañar cuando el Valencia se desconcentró. Consigue así salir de puestos de descenso y enlaza tres partidos sin perder. Por su parte, el Valencia pierde la tercera posición por la victoria del Atlético de Madrid. Los de Nuno mostraron más signos de debilidad en el Ciutat de Valencia; más desconciertos defensivos, sobre todo a balón parado, y menos verticalidad en su juego de ataque.
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