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El Rayo Vallecano y la cadena de favores

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 image_content_Medium_2423674_20141123141135El viernes pasado Carmen Martínez Ayuso, una viuda de 85 años, analfabeta y sin apenas recursos económicos, fue desahuciada de su casa al no satisfacer la deuda hipotecaria que había contraído al avalar con su vivienda el préstamo de 40.000 eurros que su hijo había firmado con una entidad bancaria. Hasta aquí, nada especial en una situación que tristemente se ha repetido con demasiada frecuencia en nuestra sociedad durante los últimos años.

Sin embargo, en esta ocasión, la noticia despertó la solidaridad de un club de fútbol, un equipo modesto en comparación con otros clubes con los que comparte vecindad civil, pero que se sintió concernido al ser Carmen vecina del barrio, Vallecas. Alentados por su entrenador, Paco Jémez, el Rayo Vallecano en su conjunto, es decir, cuerpo técnico, jugadores y directivos, ha decidido liderar una iniciativa para ayudar a su vecina, la cual parece que ha servido para que otros organismos públicos, entre ellos el Ministerio de Economía, también se pongan en marcha para asistir a la octogenaria viuda.

Estos hechos nos hacen recordar una película, “Cadena de favores”, cuya trama principal era la ocurrencia de un niño de 12 años como respuesta a la petición de su profesor de ideas para cambiar el mundo. Su propuesta era, como casi todas las grandes ideas, simple y sencilla a la vez: hacer un favor a tres personas que no puedan hacer por sí mismos, y que cada una de ellas haga lo mismo con otras tres, y así sucesivamente. De esta forma, la práctica de ayudar a alguien puede extenderse geométricamente a través de la sociedad según una proporción de 1 a 3 dando así lugar a un movimiento social que podría tener un impacto casi planetario.

Es evidente, que los problemas macroeconómicos que afectan a España, de los que el caso de Carmen es un ejemplo entre cientos de miles, no debieran ser resueltos apelando a los buenos sentimientos de los conciudadanos, ni tampoco a su caridad. En primer lugar, porque esas acciones no son siempre igualitarias, estables en el tiempo ni suelen ser eficientes para resolver los problemas de fondo. Requieren de la acción racional de los poderes públicos, quienes a través de políticas públicas eficientes, impersonales y a largo plazo deberían enderezar la maltrecha salud económica de nuestra sociedad. Pero, como nos recuerda “Cadena de favores” no está de más que aquellos que gozan de una posición más o menos aventajada dediquen una parte de su tiempo y de sus recursos para solventar excepcionalmente situaciones  graves, aunque solo sea por poner los focos de los medios de comunicación en esos episodios que poco a poco se van asumiendo como normales y aceptables por el ciudadano medio.

Por eso, la iniciativa del entrenador del Rayo Vallecas y los jugadores, individuos que probablemente no tengan ningún problema económico acuciante es loable en sí misma y además, porque hace recodar a otros deportistas que la película “Cadena de favores” y la novela en la que esta se basa (“Pay It Forward” de Catherine Ryan Hyde), recoge la idea de Ralph Waldo Emerson quien en su ensayo sobre la compensación escribió: “En el orden de la naturaleza no podemos, o solo algunas veces, devolver los beneficios a las personas de quienes los recibimos. Pero los beneficios que recibimos se deben entregar otra vez a alguien, línea por línea, hecho por hecho, céntimo a céntimo”. Por ello sería interesante que la acción del Rayo Vallecas iniciara entre los clubes de la LFP una cadena de favores en beneficio de los más necesitados, aunque de ellos no hayan recibido nada. No cambiarán el mundo, pero lo harán algo más habitable en sentido social para los desaventajados, y en sentido moral, para el resto de los ciudadanos.

José Luis Pérez Triviño

Profesor titular de Filosofía del Derecho. Universidad Pompeu Fabra

Presidente de la Asociación Española de Filosofía del Deporte.