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El entrenador, ¿víctima o culpable?

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Rafael Perales.- Se acerca el momento  de uno de los tópicos más reconocidos del mundo futbolístico: “El entrenador no se come el turrón”. Y es que aunque las evaluaciones se deban hacer a final de temporada, en el fútbol español es muy frecuente que el parón navideño determine el curso de una dudosa gestión.

Velazquez BetisPor un lado habrá entrenadores víctimas de una mala planificación por parte de la dirección deportiva, de los que se dicen con traje y corbata. Una incoherencia entre objetivos deportivos del club y recursos con los que se cuenta. Pero siempre con un denominador común, el eslabón débil que se ofrece como cabeza de turco al pueblo y que sirve como cortina de humo. Cortina de humo que sólo deja ver una junta directiva “capaz” de tomar decisiones pero que esconde su mala planificación.

Por otro lado habrá entrenadores culpables, como otros pensarán, de no estar sacando el máximo rendimiento de su plantilla. Otra buena costumbre que en España tenemos de ensalzar positivamente o negativamente la figura individual en un deporte colectivo. Un entrenador seguro que puede influir mucho en un equipo, pero no participa dentro del terreno de juego y en muchas ocasiones se establecen objetivos irreales sin tener en cuenta no sólo las condiciones técnicas de la plantilla sino las psicológicas. A cierto nivel hay tal cruce de intereses que imposibilitan a que un equipo se comporte como tal. Y es que mi pregunta es, si un equipo o jugador se dice que no está dando de sí lo que puede dar, ¿ustedes creen que el único responsable es el entrenador?

Sea como fuere, en el rendimiento de un equipo influyen muchos factores y si un equipo no cumple con las expectativas es quizás porque éstas no fueron bien planteadas o porque dentro del club, los objetivos no están alineados. Y ni gracias al entrenador un equipo gana, en todo caso posibilita que los jugadores jueguen en función de sus posibilidades, ni el entrenador es el culpable de las derrotas, pues son los jugadores quienes juegan y no les interesa jugar como ya saben.