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Betis 2-0 Racing: El último servicio de Merino

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El Real Betis Balompié se ha impuesto (2-0) al Real Racing Club en un partido marcado por el relevo en el banquillo verdiblanco. Dani Ceballos y Jorge Molina marcaron al comienzo y final del encuentro para certificar la cuarta victoria liguera consecutiva cosechada con Juan Merino como entrenador verdiblanco.

Juan Merino BetisLa mañana en Sevilla hacía relucir el césped del Benito Villamarín como si se tratase de un prado del norte peninsular. Las miradas, podría pensarse, no deberían dirigirse sino hacia el tapete verde sobre el que jugarían Betis y Racing. Sin embargo y desde antes del comienzo del partido, la atención estaba en la grada, y también en el banquillo. Allí donde se atisbaba la figura o el recuerdo de un entrenador.

La expectación fue fraguándose desde ayer, cuando se anunció la vuelta de Pepe Mel hasta final de temporada. El madrileño seguiría el partido desde la grada y Juan Merino lucharía por cerrar su expediente con la cuarta victoria consecutiva. A las dos figuras en el centro del foco mediático, además, se unió una tercera, esta vez en forma de homenaje. Se recordó a uno de los personajes clave de la historia bética, Patrick O’Connell, el irlandés que hizo campeón de Liga al equipo sevillano en 1935.

En un ambiente semi festivo y aún cuando la afición estaba agradeciendo su trabajo a Merino, una jugada fugaz por la banda derecha permitió a Dani Ceballos pisar área y cantar gol en la primera llegada de los locales. Desde ese mismo momento el Betis fue, quizás por vez primera en la temporada, el equipo llamado a ascender por la vía rápida.

Henchidos de confianza, los jugadores verdiblancos hilaron con soltura en ataque y presionaron con vigor en defensa. La imagen mostrada, impensable hace semanas, remachó el recuerdo que la afición tendrá sobre el técnico de la casa. Cierto es que la ayuda del Racing fue inestimable, pues los cántabros tan sólo pudieron hacer acto de presencia. Sin Koné, su referencia en ataque, los intentos de llegar a la meta de Adán fueron mansos.

En adelante, hasta la retransmisión televisiva prefirió centrarse en captar el semblante de Mel en su vuelta a casa. Los béticos revoloteaban alegres sobre el campo, sabedores de su progresión ascendente en la tabla, intentando agradar a partes iguales tanto al entrenador saliente como al entrante.

A punto estuvo la plantilla de mantear a Merino antes de que el árbitro diese por finalizado el encuentro. Lo evitó Jorge Molina por poco al bajar del cielo un balón largo de Adán. El grandullón peleó con su par, se revolvió y tuvo a bien concluir la jugada y cerrar la mañana con una vaselina ejecutada a la perfección.

Lo que antes era niebla ahora es claridad hasta en el alborotado banquillo verdiblanco, y con el recuerdo de O’Conell, Merino y Mel marchó contenta la afición a casa. El río vuelve a bajar colmado y risueño para el Betis.

Imagen: lfp.es