Hay circunstancias que escapan a la razón y hoy toca hablar de una de ellas. Les presento a Raúl Coronado. Un chaval de 14 años que hasta hace dos meses jugaba al fútbol en un club de la ciudad de Linares llamado CD Almidas. Digo hasta hace dos meses porque Raúl decidió, por competir en una liga más exigente, jugar en otro equipo linarense: el Linares Deportivo; y es aquí donde empieza su odisea. El joven futbolista pidió al equipo, para el que lleva jugando toda la vida, la carta de libertad para poder unirse a su nuevo grupo cuanto antes. Lo que debería haber sido una palmada en la espalda como agradecimiento, y un deseo de suerte venidera, se convirtió para sorpresa del jugador en una negativa rotunda ante su salida del club y no solo eso. A las pocas horas el jugador recibía un mensaje de su entrenador en el que le informaba de que, además de que el club no lo dejaría marchar, quedaba apartado del grupo. Llegó incluso a ser expulsado del grupo de Whatsapp por el que se comunicaban los miembros del equipo.
Ante esta noticia el Linares Deportivo le ofrecía la posibilidad de entrenarse en uno de sus equipos cadete, que está bajo la órdenes del director deportivo de la entidad, Alberto Lasarte, quien ofreció al chaval que fichase por el Linares, proposición que Raúl obviamente aceptó. ¿Cómo iba a no hacerlo si él lo quiere es jugar al fútbol? Pues por desgracia esto solo iba a suponer que a la situación de bloqueo a la que se veía sometido por el CD Almidas se iban a sumar una serie de hechos lamentables. Primero tendría que soportar que uno de sus antiguos compañeros, hijo de uno de los directivos del club, portase en un partido una camiseta con la leyenda de «los traidores sois unos mercenarios». Pero la cosa no queda ahí. Al no tener la carta de libertad, Raúl no puede jugar en la liga regular pero sí que ha disputado un partido de la Copa.
En dicho encuentro, el entrenador rival informó al técnico de Raúl que había recibido una llamada por parte del CD Almidas que le advertía de que podría impugnar el partido por alineación indebida si Raúl jugaba. Tirando de sentido común, el preparador permitió que el chaval jugase y pese a la derrota aseguró que la situación le parecía «lamentable». Y razón no le falta. No estamos hablando de Neymar o Cristiano. Es simplemente un joven que quiere disfrutar de su pasión en otro equipo. Nadie debería tener la potestad para negárselo. Nadie debería tener la desvergüenza de mantener a un chaval en una situación tan triste.
Ante esta injusticia Raúl no se ha visto solo y es que las redes sociales hierven en su favor. En Twitter se ha creado el hastag #CartaDeLibertadParaRaulYA y los mensajes de apoyo llegan desde todos los puntos de España. Llama la atención la inmensa muestra de respaldo que el joven futbolista está recibiendo por parte de su nuevo club y es que su perfil oficial en Twitter se manifestaba así al respecto:
Aficionados linarenses e incluso seguidores del eterno rival, el Real Jaén, se han mostrados indignados, sentimiento que se comparte desde la primera plantilla del Linares Deportivo. Su jugador Lopito lo evidenciaba en su siguiente tweet:
Por el bien de Raúl, por el bien del fútbol, esperemos que la situación se resuelva cuanto antes y que esto nos sirva de lección para darnos cuenta de que cada uno debe practicar el deporte que le guste donde más vaya a disfrutar de él.
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