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Javier Imbroda: «La mano negra» y la «fiesta blanca»

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bertomeu Javier Imbroda.- Mano negra. Desde Barcelona, nos tienen acostumbrados cada cierto tiempo, sacar a pasear eso de las tramas varias contra ellos, ya sea de Madrid, del Estado, de donde sea. Todo un clásico. Y por lo que vivimos, no solo en el terreno deportivo ocurre, lo padecemos en casi en todos los ámbitos de la vida pública. Da la impresión que tienen en el victimismo, su mejor aliado para justificaciones y excusas varias. Y así seguimos. Recuerdo escuchar esta especie de contubernio desde que era niño. Se acordarán los de mi edad y mayores, aquel partido de fútbol donde el árbitro Guruceta (creo que año 69), pitó un penalti inexistente contra el Barça frente al Madrid. Se montó la mundial. Luego lo del régimen franquista, y últimamente la sanción de la UEFA, y las investigaciones sobre el fichaje de Neymar que ha provocado un tsunami entre los directivos del club, incluida la dimisión del anterior Presidente, que si no se sentía culpable, no sé aún por qué dimitió. En fin, una pena. La grandeza de un club supeditada en ocasiones a confabulaciones, la mayoría, imaginarias, que tratan de ocultar ciertos complejos. Y el caso, es que deportivamente, no lo necesitan.

–          Un entrenador de club. Si quieren entender, qué es ser un entrenador de club, fíjense en Javier Gracia, entrenador del Málaga. Un currante al servicio de su club con magníficos resultados a pesar del último tropiezo. El siempre difícil equilibrio entre las finanzas y aspiraciones deportivas de un club, quedan relegadas por la adaptación del entrenador a esas circunstancias que no siempre favorecen sus planes deportivos. No hacer aspavientos públicos, o declaraciones fuera de tono por la venta de tal o cual jugador que merma el potencial del equipo, no significa que se resigne. Significa que entiende cuál es la problemática de su club, y la respeta. Otro entrenador hubiera salido a la palestra a mostrar sus quejas de una forma permanente con el objetivo de cubrir sus espaldas. Merece que le salga bien, y está en el camino.

–          Indiscreción. Al parecer no estamos en tiempos donde la discreción sea una referencia en nuestras vidas. Viendo algunos programas de televisión, comprobamos que el exhibicionismo cutre, se ha convertido en un contravalor en alza. Una desgracia para nuestros jóvenes. Tener montada una celebración de cumpleaños tras la paliza del 4-0, con una imagen paupérrima de esos grandes deportistas, se puede comprender por tenerla organizada con antelación. Lo que no se explica es que tengan que exhibir fotos y videos de la “marcha”. Algunos programas deportivos, de esos que se chilla mucho, pero no se habla, se estarán frotando las manos, el juego que les va a dar. Podrían haberlo celebrado de una forma discreta, pero no, su imagen tras el descalabro, queda más dañada. No se entiende.

–          Dean Smith. Ha fallecido a la edad de 83 años, uno de los considerados, mejor entrenador de baloncesto universitario americano de la historia. Tuve la suerte de asistir a dos charlas de este maestro hace ya bastantes años. Un referente para todos los que nos enamoramos un día de este juego tan apasionante. Descanse en paz.