Desirée Amaro.-El mal de altura es el nombre que se le da a la reacción fisiológica del cuerpo humano cuando se expone a una gran altitud.
Y eso es lo que veo con frecuencia en este mundo del fútbol, “mal de altura” cuando un equipo toma conciencia de que tiene opciones serias para estar arriba, ya que en vez de continuar con el trabajo realizado hasta el momento,se inicia un proceso inverso en el que se empiezan a perder partidos. La presión por el cambio de objetivo tanto interno como externo transforma la energía y la ilusión en miedo y bloqueo.
El mal de altura hace perder el control, la confianza, y abre el espacio para las dudas y las inseguridades personales. Asumir que tienes posibilidades, que es posible triunfar, provoca vértigo y cuando esto pasa es porque no tienes interiorizado tu valor personal y el del equipo. El éxito es trabajo, no suerte, y si estáis ahí es porque venís de una trayectoria de trabajo y esfuerzo, no porque exista una racha de buena o de mala suerte.
El “mal de altura” hace que el equipo empiece a jugar mal y a perder partidos, es un acto de autosabotaje inconsciente tanto de cada uno de los jugadores como del equipo en general, que ocurre cuando creemos que no somos merecedores de algo, y no solo pasa en el deporte, también con las parejas y con la vida en general.
Conforme vamos viendo posibilidades de subir en una tabla más allá del objetivo que teníamos hay que ser realistas, eso es indiscutible, pero no hay que pecar de exceso de humildad porque en un equipo todos y cada uno de sus componentes hacen posible tanto la victoria como el fracaso y algo se habrá hecho bien para estar ahí. La humildad a veces solo es una careta para la inseguridad.
Para remate de la situación, no sé si tendrá algo que ver en estos casos de “mal de altura” esa expresión que me dejó tan perpleja cuando la escuché para denominar a esos puestos de la clasificación que es estar “en la pomada”, ya que puede que esta expresión esté lanzando algún tipo de mensaje subliminar que provoca automáticamente este “mal de altura”.
Para prevenir marearse siempre se ha recomendado tomar biodramina, pero en este caso del “mal de altura” yo casi que lo que recomendaría sería tomar viagra, porque lo que hay que reforzar es la seguridad y la autoestima, es decir, saber que se puede llegar y lo único que se necesita es seguir haciendo lo que se estaba haciendo hasta ahora, eso sí, pero sin dudar, porque abrir la puerta a las dudas es dejar pasar todo lo que no queremos que pase y comenzar a cometer fallos, y esa energía en vez de utilizarla para construir un futuro con final feliz la llevamos a una incertidumbre que no nos beneficia en nada.
Lo de la viagra lo digo en serio, el médico del River Plate recetó un cóctel con cafeína, aspirina y viagra para combatir el mal de altura de su equipo que viajaba a San José de Oruro en Bolivia.
Follow
