Opinión | Pedro Expósito.- Javi Gracia vive uno de los mejores momentos de su carrera como entrenador. Podríamos asegurarlo. Su Málaga de los niños ha conseguido trece jornadas antes de terminar el campeonato lo que no pudieron conseguir el año pasado sus jugadores con Osasuna ni en la última.
Fuertemente cuestionado por este motivo – el descenso – llegó Javi Gracia al banquillo de la Rosaleda. Ese mismo sillón que había dejado libre Bernd Schuster. «De Guatemala a Guatepeor», bramaron los apocalípticos “reventaores” malaguistas sin tan siquiera conocer el porqué de la contratación de un técnico que había descendido a un equipo para hacerse cargo de la casa de los líos que es el Málaga cada verano.
Trabajo, dedicación plena, cantera, responsabilidad y ganas de demostrar que el descenso de Osasuna fue un naufragio en el que tuvieron culpa los marineros pero sobre todo el patrón – a día de hoy, con el club navarro en Segunda y envuelto en líos, lo podemos corroborar – fueron algunos de los principales motivos por los que Mario Husillos buscó y contrató a Javi Gracia para capitanear al Málaga.
No tardó el tiempo en darle la razón al Director Deportivo del Málaga ya que tras una pretemporada algo rocambolesca el club blanquiazul comenzó a mostrar virtudes que con Schuster brillaron por su ausencia. Intensidad, presión, orden defensivo, verticalidad… el Málaga era otro.
Una primera vuelta de escándalo, donde igualó los números del idolatrado Manuel Pellegrini con un equipo muy diferente en cuanto a calidad pero cargado de compromiso y juventud cambió la opinión general sobre el técnico navarro. Partidos de prestigio ante el FC Barcelona, al que no dejo anotar en casa y derrotó en el Camp Nou, lo encumbraron.
Salvo catástrofe, y con el objetivo cumplido, el Málaga llegará tan lejos como puedan sus fuerzas, no sé dejará nada en el intento. Contra transatlánticos – Sevilla FC, Villarreal, Valencia CF… – la jábega malacitana está en estos momentos en la séptima plaza. Pelear por Europa no debe ser obligación sin embargo en los fieles corazones malaguista comienza a palpitar algo diferente.
El discurso cambió. Se hablará, se trabajará y sobre todo se luchará por estar en Europa. Con un equipo plagado de canteranos y sí, con el técnico que descendió a Osasuna. Fútbol.
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