Inicio Opinión Luis Costa Zubizarreta: herencia con visos de crisis

Zubizarreta: herencia con visos de crisis

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Barcelona's Brazilian defender Daniel AlEl legado de aquel funámbulo de director deportivo que fue Andoni Zubizarreta amenaza con provocar un maremoto de consecuencias imprevistas este verano en Can Barça. La escasa pericia con la que el vizcaíno trató la situación contractual de Dani Alves ha dejado al club desprovisto ante su eventual y probable salida. Si de algo no peca el brasileño es de ser corto de vista. Nunca antes un jugador tuvo una posición tan dominante frente a la institución que le paga. La kafkiana contratación de aquel llamado a ser, a corto plazo, su sustituto, Douglas, no hace sino acrecentar las dimensiones del despropósito. Para más inri, el actual entrenador, Luis Enrique, no confía plenamente en el canterano Martín Montoya. Ante la imposibilidad de fichar hasta enero de 2016. ¿En qué posición queda, por tanto, el club?

Si finalmente, como todo hace indicar, el lateral derecho, uno de los mejores de la historia de la entidad, decide marcharse, no querría ser quien le expusiese a Luis Enrique el panorama. Se elucubró el pasado verano que el 22 azulgrana sería uno de los que peor lo pasarían ante el férreo carácter del nuevo jefe del vestuario. Pues ha resultado ser el que mejor ha casado con la filosofía de Lucho. Más que indiscutible, sin él, no se sabe cómo reaccionará el asturiano ante tal tesitura.

Analizado fríamente, es inaceptable que una entidad profesional de la talla de la catalana cometa semejante negligencia. Flagrante como es, y no sólo por ella, además de a destiempo, Zubizarreta selló su epitafio como máximo responsable de la comisión deportiva. Ahora, su herencia la maneja Ariedo Braida. No es que dude de la reputación del aclamado nuevo director del área futbolística, sino que el experimentado italiano poco va a poder hacer ante la sanción de la FIFA. Sinceramente, cuesta una infinidad creer que un desaguisado de tal calibre haya sido consentido por los dirigentes del club. Incrédulos, los socios contienen la respiración a la espera del desenlace.

No parece ser este la continuidad de Daniel Alves. Tampoco se antojan razonables sus pretensiones: tres años de contrato garantizado, a razón de 12 millones de euros brutos. Su rendimiento sigue siendo óptimo, que no excelso como lo fue antaño. No obstante, tres años para un jugador que cumplirá 32 años este próximo mes de mayo, muchos aficionados los entenderían excesivos. Al igual que los rectores de la institución. Pero a día de hoy, no sería desdeñable que el club pasara por el aro para darle sentido al rompecabezas. Eso sí, los indicios dibujan otro escenario. Entrados ya en el mes de marzo, nadie se ha puesto en contacto con la representante del carioca. O sea, que no hay la más mínima intención de aceptar su propuesta. Drama a la vista.

Dicho todo, el equipo atraviesa su mejor momento, con un título ya a tiro y una buena disposición tanto en Liga como en Champions. A buen seguro que Luis Enrique suficiente tiene con lo que se le avecina en los próximos meses. Pero lo que también es un hecho es que el asunto Alves le quitará el sueño a no mucho tardar.