Inicio Noticias Betis 4-0 Valladolid: Reconciliación en el Villamarín

Betis 4-0 Valladolid: Reconciliación en el Villamarín

Compartir

El Real Betis Balompié ha derrotado (4-0) al Real Valladolid CF en el partido entre aspirantes al ascenso de la vigésimo octava jornada de liga. Los verdiblancos, necesitados de una victoria para salir de la dinámica negativa que arrastraban, completaron uno de los mejores encuentros de la temporada. Jorge Molina y Rubén Castro -tres goles- vieron puerta y volvieron a demostrar lo letal de su asociación en la delantera.

Rubén Castro ValladolidCorría el minuto 53 de juego en el Benito Villamarín cuando el sol pareció brillar como nunca. Abajo, en las gradas, la afición celebraba y coreaba al unísono el nombre de Rubén Castro. Aún más abajo, sobre el césped, el canario se fundió en un abrazo con entrenador y compañeros para celebrar el 2-0 del Betis. Hubo mucho más en esa instantánea. Después de una travesía por el desierto fruto de su sequía goleadora, y tras situarse en el centro de la polémica por los cantos machistas de un sector de la afición, el ’24’ encontró la red y firmó su gol número 100 con la camiseta de las trece barras.

Fue la coronación a una mañana impoluta. Antes había firmado el Betis una primera parte de equipo dispuesto a ascender. El Valladolid, rival de alcurnia, ejerció su función de probador del algodón. Los pucelanos estuvieron desdibujados durante todo el partido; menguantes en ataque y desarbolados en defensa.

Enfrente, Varela, Dani Pacheco y Portillo se comieron los costados, Lolo Reyes se adueñó de la parcela central, y la pareja Jorge Molina-Rubén Castro volvió loca a la zaga visitante. Poco antes del descanso el dominio se materializó en el luminoso. Cazó Castro un balón de nadie en tres cuartos, asistió al hueco al grandullón Molina y éste disparó al primer toque en semi vaselina para apuntarse un gol de bandera.

Con lo más difícil hecho y el viento a favor la segunda mitad se convirtió en homilía para resarcir todo mal. Siguió fluyendo el juego bético allí donde pisaban campo los locales y el destino, por una vez en un mes, no confabuló contra el Betis sino todo lo contrario. El canario Rubén Castro, liberado de sus cadenas, recobró el duende y el olfato.

Anotó de penalti y anotó al rechace en el área para completar un hat-trick cargado de simbolismo. Con sus ya 102 goles la afición volvió a ver el mundo de verde y blanco, dejando atrás el gris anodino. A falta de lo que hagan el resto de contendientes, el Betis se sitúa en puesto de ascenso. Y sin embargo, lo más importante es el resurgido centellear del equipo de Pepe Mel.

* Imagen: lfp.es