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El Jaén Paraíso Interior a la final

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celebración jaén¡El Jaén Paraíso Interior está en la final de la Copa de España! De la forma más épica posible, en la tanda de penaltis. Así obtuvieron los de Daniel Rodríguez su pase a la final, un billete a la historia. Partido emocionante hasta el extremo que tuvo dominado en casi todo momento el Burela Pescados Rubén. Pero el fútbol no siempre es justo y hoy sonrió a los jienenses. Gonzalo paraba el quinto penalti del conjunto gallego haciendo enloquecer a la parte de la marea amarilla que consiguió entrada para el encuentro.

Comenzó el choque con dos equipos midiéndose. Ninguno está acostumbrado a esta citas solo era cuestión de ver quien lo estaba menos. Pareció ser el Jaén Paraíso Interior. Los amarillos fueron los que plantearon un mayor juego ofensivo pero los nervios, propios de partidos de esta índole, provocaron una serie de pérdidas que inquietaron a Prieto. Solano fue el encargado de sembrar el caos en la zaga gallega. Abría espacios pero hoy el entendimiento entre los jugadores jienenses fue menos efectivo que en otras ocasiones y no se llegaba a la portería con peligro.

Los pocos intentos que consiguió materializar el conjunto jaenero los abortó con seguridad Álex González. Iba creciendo el Burela en el partido mientras cedían metros los de la capital del Santo Reino. El choque a vestuarios y oscuras sensaciones en los corazones de los aficionados amarillos.

Ya en el segundo acto se confirmaron estos malos augurios. Contragolpe en la enésima pérdida por el centro de la zaga jaenera. Iago salió disparado y ajustó al palo más alejado de la portería de Prieto. El primero al marcador y el cronómetro que comenzó a volar contra los intereses del Jaén. Lo intentaba Buendía con un punterazo fugaz pero el balón lo repelía el poste. Manos a la cabeza de la marea amarilla que encima veía cómo los gallegos salían a la contra y en un rápido contragolpe Chano conseguía anotar a placer. El shock hizo temblar los cimientos anímicos de los jieneneses, tanto de los del parqué como de los de la grada.

Pero duró poco. O todo o nada debió pensar Daniel Rodríguez que, a falta de siete minutos, sacaba portero jugador y se encomendaba a la puntería de Cuco que no defraudaba. Ni 30 segundo jugó el Jaén con quinto jugador antes de conseguir el primer tanto. Jugada al extremo derecho y Buendía que la cambiaba rasa para que Cuco rematara a placer. “¡Si se puede, si se puede!”, y los amarillos se lo creyeron. Cada segundo que pasaba era una puñalada al banquillo, o manojo de nervios, donde nadie hacía ya ni tan siquiera el esfuerzo de poner paz.

Treinta segundos, veinte, diez. El tiempo transcurría inexorable hasta que el reloj se detuvo cuando solo restaban seis segundos para el pitido final. Se repitió la jugada, cambió el rematador. Dani fue el encargado de poner el delirio en el Quijote Arena y enviar el partido a los penaltis. Avisaba la megafonía: no aptos para gente con problemas cardiacos o embarazadas. La moneda estaba en el aire ya solo quedaba saber de qué lado caería.

Sorprendía Gonzalo que se vestía de corto y se ponía junto a Prieto: alternarían en portería. Pleno de aciertos del Jaén. Cuco, Eloy, Buendia, Chino y Carlinhos pasaron por el punto fatídico con confianza y decisión. Por parte del Burela habían marcado ya Iago, Antoñito, Matamoros y Chano. Miguel frente a la pelota y no se sabe que lo desconcertó. Tal vez fuese el impresionante piterío que organizó la marea amarilla tras la portería de Gonzalo o tal vez fue la cara de tranquilidad que enmarcaba esa barba macarra. El caso es que el guardameta sacó una mano providencial y cuando se quiso dar cuenta ya estaba a hombros de sus compañeros ante una grada que se volvió loca. Era imposible eliminar a ElPozo. Era imposible empatar a falta de diez segundos para el final. Menos mal que a veces las cosas imposibles suceden.