El Real Betis Balompié ha derrotado (0-3) a la UD Las Palmas en un partido decisivo entre dos de los principales aspirantes al ascenso directo en la Liga Adelante. Dos goles del renacido Jorge Molina y uno de Dani Ceballos desarbolaron a los canarios en una segunda mitad impoluta para los de Pepe Mel.
Desde finales de noviembre no conoce el Betis la derrota en el campeonato liguero. Y únicamente ante rivales de la parte media o baja de la tabla han dado los verdiblancos muestras de flaqueza manifiesta. Ante Las Palmas en Gran Canaria, la primera parte de juego transcurrió sumida en la contención y el empate técnico mientras que fue en el segundo acto cuando los andaluces dieron la estocada que reservan sólo para los rivales directos.
La punta de lanza de la formación de Pepe Mel, el Santo Grial desaparecido desde hacía meses, se llama Jorge Molina. La confianza depositada en él por el técnico, unida a un momento de forma envidiable, han convertido al grandullón delantero en una pieza temida. Su nuevo aura, por el que las defensas rivales sienten atracción, permite de forma simultánea a los Francisco Portillo o Rubén Castro revolotear por la frontal del área con una libertad determinante.
Fue Portillo quién, tras comprobar cómo los canarios comenzaban a flaquear y a dejar espacios aquí y allá, se anudó al cuello la bandera de la templanza y sorprendió a la zaga amarilla por completo. Cuando pudieron darse cuenta del desaguisado, los béticos dormían ya con placidez en las estancias reales y controlaban el Castillo desde sus almenas.
En dos golpes fuertes y calcados cayó la muralla psicológica de los locales, ejerciendo Jorge Molina la labor de ariete al uso medieval. Primero tras asistencia de Portillo, después tras combinación fulgurante entre el mediapunta y el lateral Varela. En ambas apareció Molina en el balcón del área para disparar con decisión.
En dieciséis minutos el hasta ahora Rey gobernante de las islas había pasado de ocupar el trono a emprender una huida desesperada ante el empuje de los andaluces. Fue el recién ingresado Dani Ceballos el que puso el cerrojo tras la última muestra clarividente de Portillo. Controló éste el cuero en 3/4 de campo, levantó la vista y envió por alto su última asistencia al canterano en el instante preciso. Ceballos sólo hubo de ajustar su disparo y ejecutarlo como marcan los cánones para que todo el equipo corriese a celebrar un resultado fundamental.
Tras su conquista allende los mares, el ejército de Pepe Mel vuelve a ser líder de la categoría por primera vez desde la segunda jornada.
* Imagen: lfp.es
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