El Barça lo volvió a hacer una semana después. Ni Ibrahimovic, ni Verrati, ni toda la ciudad de París sería capaz de parar a un equipo que volvió a bailar con el balón en los pies. El 1-3 de la ida era casi insalvable y Neymar fue quien se encargó de darle la extremaunción a los franceses, que no hicieron ni el amago de ir a por el partido. El brasileño con un doblete selló la presencia de los culés en el bombo de semifinales de Liga de Campeones el próximo viernes.
Los dos disgustos en forma de túnel que recibió Daviz Luiz en la ida no fueron suficiente castigo para el brasileño, que en la primera falta del partido vio la amarilla. Los de Laurent Blanc no parecían conscientes de necesitar tres goles para creer en la semifinal. El Barça hiló y dominó a su antojo en la primera mitad. Largas combinaciones que levantaban la admiración de la grada y que siempre se traducían en peligro para la portería de Sirigu.
Solo 13 minutos tardaron los aficionados culés en ver la primera obra de arte, de museo, digna de enmarcar en la hemeroteca. Cabaye, Cavani y Verrati vieron pasearse a Iniesta delante de sus narices. El manchego pudo seguir corriendo hasta Albacete si hubiera querido, pero fue Neymar quien culminó la jugada de la noche, regateando a Sirigu y sellando (aún más) el pase a semifinales.
El PSG salió noqueado del túnel de vestuarios y cedió al Barça su bien más preciado desde el primer segundo, la posesión. Con un Iniesta excelso, que volvió pleno de facultades tras la lesión del partido de ida y que volvió a ilusionar como en las mejores noches. Lo más cerca que estuvieron los franceses de intimidar a Ter Stegen fue un gol de Ibrahimovic que fue anulado por fuera de juego. 
El Barça avisaba y el segundo se mascaba en el ambiente. Alves tentó con un disparo lejano que a punto estuvo de sorprender a Sirigu. Fue su compatriota Neymar el que siguió agrandando su estado de dulce. Un centro del propio Alves lo culminó el 11 culé con un cabezazo impecable, que mataba al PSG y ponía el 5-1 global en la eliminatoria.
La segunda parte fue un mero trámite para los azulgrana. Luis Enrique dio paso a los menos habituales con la entrada de Xavi y Sergi Roberto. El PSG mostraba la bandera blanca, prácticamente andando sobre el verde y dejando al Barça matar el tiempo con combinaciones interminables, no tan efectivas como en la primera mitad pero tampoco fue necesario. Lo más destacable de los franceses fue un disparo duro de Ibrahimovic que atajó Ter Stegen y quedó en poco menos que una anécdota en un partido al que le sobraron 80 minutos.
La ventaja de cuatro goles parecía insuficiente para el Barça, que buscó el set en la eliminatoria, pero los de Luis Enrique no hicieron más sangre y con el 5-1 global certificaron su pase a las semifinales de Champions por undécima vez en su historia.
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