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La regla que prohíbe volver al campo si el balón está en juego: un absurdo

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Opinión| Manuel Arenas.- ¿Por qué es absurdo que el balón deba no estar en juego para que el jugador que cambia su camiseta vuelva al terreno de juego?

1. Hechos. El pasado día 26 de abril, en el Celta-Real Madrid, pudo verse cómo el jugador Larrivey se hizo una herida en la cabeza en un choque con Sergio Ramos, por la que tuvo que ser atendido.  Lo curioso fue observar que la primera vez que salió del terreno de juego, cuando los médicos le pusieron un gorro de piscina a modo de venda para taparle la herida, únicamente bastó la autorización del árbitro para que el jugador regresara al campo. Sin embargo, tras el segundo gol del Celta, el colegiado obligó a Larrivey a volver a salir del terreno de juego para cambiar su camiseta. Esta segunda vez fue necesario que el balón no estuviera en juego –no bastando la autorización del árbitro- para que el jugador pudiera regresar, creándose así un murmullo del público y surgiendo incluso aspavientos por parte de algunos jugadores celtistas, que no sabían que ocurría. ¿Por qué la autorización del árbitro no era suficiente,  sino que había que esperar a que el balón no estuviera en juego?

2. Reglas. La regla 5 del Reglamento FIFA, en su apartado “poderes y deberes”, dictamina lo siguiente:

 

[Img #9933]

Como se observa, en los casos de hemorragia la autorización del árbitro es suficiente para permitir el reingreso del jugador en el terreno de juego. Sin embargo, si se trata de “poner en orden el equipamiento de los jugadores”, la regla 4 del Reglamento FIFA decreta que:

[Img #9934]

 

En este caso, si el jugador ha tenido que salir del terreno de juego para poner en orden (cambiar) su indumentaria, deberá esperar a que el balón no esté en juego (salga del terreno de juego, se pite libre directo, libre indirecto….), siendo así insuficiente la autorización del árbitro.

3. Conclusión. Parece clara la irracionalidad de la regla. No tiene demasiado sentido que para una hemorragia sea suficiente la autorización arbitral, y para un cambio de camiseta, no. Es más, en el caso de la hemorragia, por motivos de higiene, sería incluso más razonable que se retrasara más el regreso del jugador que en el cambio de indumentaria, pues las probabilidades de que se utilice una indumentaria indebida son bajísimas –ya que al existir un cambio de equipamiento parece claro que el nuevo no estará manchado de sangre o roto-. Sin embargo, las probabilidades de que el jugador vuelva a entrar con la hemorragia mal tapada y con todavía riesgo de sangrar, no son tan bajas. Lo que la regla pretende es, de hecho, anteponer una circunstancia del juego a la máxima autoridad sobre el terreno de juego, que es el árbitro. No parece coherente ni oportuno que, pudiendo depender de una autoridad formada con responsabilidad individualizable, se deba depender de una situación tan casuística como que el balón deje de estar en juego.

En cualquier caso, supóngase que el defensa estrella de un equipo sufre una hemorragia que mancha su camiseta, y éste debe salir del terreno de juego a cambiar su equipamiento. A pesar de que ya lo ha hecho, la autorización del árbitro no es suficiente y hasta que el balón deje de estar en juego no puede regresar, así que el equipo contrario aprovecha, intenta que la pelota siga en juego, y marca gol. ¿Qué diría el equipo del jugador que, además de haber sufrido la hemorragia, ha sufrido también el perjuicio de no poder tener a disposición su defensa estrella hasta que el balón no está en juego? Habrá que esperar a que pase y se solucione, tal y como decía Javier Latorre recientemente, “a golpe de telediario”.

Nota del autor: artículo publicado en Iusport.