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No hablemos de Messi

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Bayern 4Luis Costa.- Porque alrededor del genio de Rosario llevan meses sobresaliendo figuras secundarias a simple vista pero que componen la masa encefálica y sustancial de este Barcelona. Nombres propios, auténticos futbolistas de equipo que bien saben con quién comparten terreno de juego. Y por ello, anteponen cualquier reto personal a la gloria que un colectivo como el construido por Luis Enrique les puede otorgar a corto y medio plazo. La columna vertebral de un Barça superlativo.

Todo lo anteriormente mencionado lo ejemplifica sin fisuras el croata Ivan Rakitic. Su actuación ante el Bayern el miércoles fue una loa al esfuerzo y la solidaridad, adecentada con una innegable cuota de calidad e inteligencia posicional al alcance de muy pocos mediocampistas. El día que más que nunca su equipo vería comprometida el santo y seña de su forma de ser, la posesión, el 4 azulgrana se multiplicó apareciendo por todos los frentes de la medular. Presionó, robó, hizo circular el esférico y llegó al área con criterio. Y asistió, sabedor que en envites de tal calibre los tres monstruos de arriba están siempre activados. No es de recibo destacarle sólo por este encuentro. En su primera temporada de blaugrana, el ex del Sevilla es ya un ídolo para la afición. Y para su entrenador, todo sea dicho.

Antes de presentarse a las próximas elecciones estivales, lo mejor que podría hacer el presidente Bartomeu es darle lo que pide (y Bayern 5merece) a Dani Alves. Posiblemente, el mejor lateral derecho en la historia del club. Y no por el fenomenal partido ante el Bayern, ni por su trayectoria, ejemplar a lo largo de las siete temporadas que lleva ya en la entidad. Tampoco porque sin el carioca, la próxima temporada el carril derecho será una especie de vía libre para los rivales. No. Se lo debería dar por el excelente curso que está protagonizando. No se le puede exigir el mismo rendimiento que en sus primeros años, pero aún hoy nadie podrá negarle al 22 brasileño su máxima incidencia en el juego del equipo. Intenso, rápido y asistente, sigue siendo uno de los mayores socios de cualquiera de los atacantes que perfile Luis Enrique cada domingo.

La famosa MSN está acaparando los focos de la buena trayectoria hasta el momento del equipo, pero no se puede entender el fenomenal rendimiento colectivo de los hombres de Luis Enrique sin su fiable seguridad defensiva. Antaño verdadero caballo de batalla para técnicos y propios jugadores, hoy hombres como Gerard Piqué y Javier Mascherano hacen del Barça un conjunto compacto y al unísono. La sincronización de ambos ha alcanzado cotas parejas a las sembradas por el sempiterno capitán Puyol junto al barcelonés no hace demasiado. Ambos rápidos al corte, en balones aéreos y en la anticipación, muestran una concentración casi inalterable.

Estos son los elementos que, bajo el total mérito de Luis Enrique, construyen un Barça competitivo y lanzado hacia todos los títulos en liza. Y bueno, sí, luego está él. Trabajar duro para que el esférico le llegue a él. Entonces, suelen ocurrir cosas indefinibles. Como el segundo tanto del miércoles. Para qué hablar más.