Inicio FC. Barcelona El aliado Florentino

El aliado Florentino

Compartir

Final de CopaVolvemos a estar a las puertas de la más clásica de las finales coperas. El tercer Athletic-Barça en los últimos 7 años garantiza un espectáculo futbolístico de alta alcurnia, repleto de alicientes. Los azulgranas de Luis Enrique parecen embalados hacia el segundo triplete de la historia de la entidad, mientras que el Athletic, con Europa en el bolsillo para el curso próximo, busca doblegar a los elementos y tributarle a una de sus postreras leyendas en activo la despedida soñada. Andoni Iraola se enfundará la elástica rojiblanca por última vez este próximo sábado. El cuarto jugador con más partidos disputados en la centenaria historia del Athletic Club (509), no ha testado todavía en todo este tiempo el dulce sabor proveniente de trofeo colectivo alguno. Al igual que sus compañeros y su inigualable afición, el guipuzcoano lo ansía con fervor en el que será su epílogo con el equipo que ha marcado su vida como futbolista.

No obstante, la empresa se antoja incluso más complicada que en los dos precedentes anteriores ante el Barcelona en los años 2009 y 2012. Y no es sólo porque los hombres dirigidos por el recién renovado Ernesto Valverde la afrontarán con las sensibles ausencias de Óscar de Marcos por sanción e Iker Muniain por lesión. Los vizcaínos presenciaron atónitos el pasado 25 de marzo como la designación de la sede para la finalísima recaía en el mismísimo feudo blaugrana. Si ya de por sí un envite de estas características ante los Messi, Neymar, Iniesta y compañía supone un reto mayúsculo, hacerlo en su estadio, limita considerablemente las posibilidades de éxito del rival.

¿Y por qué el Camp Nou? La incredulidad en el seno del club bilbaíno se dirigía hacia el responsable de tal decisión: el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. Aquel que se negó a ceder el recinto que todos los implicados, finalistas y Real Federación, señalaban como el idóneo. Caso omiso del mandamás blanco a las peticiones de sus homólogos. Y todo por evitar presenciar una posible celebración azulgrana sobre el césped merengue. Consciente o no, el máximo accionista del club de Chamartín ha podido, con tal acto, inclinar la balanza de forma casi definitiva hacia el bando culé. Quién lo hubiera imaginado. Sea como fuere, qué poco pesaron los intereses del Athletic Club a la hora de elegir la sede de tan magno acontecimiento. Ahora, y a pesar de la paridad en cuanto a números de aficionados de unos y otros, el Barça parte con ventaja. Gran ventaja. Jugará en casa. En unas dimensiones marcadas en su ideario y que explota como nadie. Injusticia palmaria insuficientemente denunciada ante las instituciones pertinentes.

Con todo ello, y fiel a su tradición, los bilbaínos no se amedrentarán. Prometen exponer sus argumentos futbolísticos y, con la enjundia por bandera, plantar cara. Pero están en minoría. No en las gradas. No en el césped. Sí en los despachos.