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La paciencia del samurái

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Las lesiones no le permitirán volver a jugar bien, la edad le está pasando factura, no es el mismo que era antes… Estas son unas de las afirmaciones más escuchadas cuando en las tertulias baloncestísticas entran en cancha temas referidos a Juan Carlos Navarro.  “La bomba” sería sin duda el mejor jugador de la historia del baloncesto español si no fuera por nuestro gigante interior Pau Gasol, actualmemte militando en las filas de los Chicago Bulls. No obstante, su papel determinante, tanto en encuentros con su equipo como las espectaculares actuaciones individuales con la selección, le han otorgado un alto rango en la armada española del deporte de la canasta.1420192180389

El jugador catalán es un especialista desde la línea de tres, pero, como ha demostrado a lo largo de su carrera, cuenta con numerosos recursos para penetrar a canasta y colarse entre los gigantes europeos. Un claro ejemplo de estos recursos es la jugada que le ha dado su alias, el de San Feliu de Llobregat lanza el balón con una parábola lo suficiente alta, asemejando el lanzamiento de una bomba, como para que el defensor no pueda alcanzarla y entre en la canasta de forma limpia, precioso de ver. Este movimiento y los incontables lanzamientos anotados desde el 6´25 y el 6´75, hay que tener en cuenta que Navarro ya jugaba antes de que la norma de la distancia cambiara, le han convertido en máximo anotador de la historia de la Euroliga y de su conjunto. Sin embargo, la leyenda del escolta sigue creciendo, cuando pensábamos que su carrera comenzaba a decaer, la bajada de rendimiento esta temporada era un claro ejemplo, el culé volvió a demostrar que todavía puede dar guerra.

Antes de recitar la hazaña del número 11, debemos ponernos en situación, así entenderemos perfectamente por qué, una vez más, Navarro sepultó cualquier afirmación que lo acercara a su retirada.

Se estaba viviendo una de las mejores series que se han visto en los play-offs de la Liga Endesa, el conjunto catalán volvía a su fortín con la eliminatoria empatada a dos tras salir derrotado en los dos encuentros previos en el famoso Carpena, en el que la afición, como suele hacer cuando su equipo lo necesita, jugó un papel totalmente imprescindible. El partido se preveía soberbio, espectacular, algunos dirían que épico; sin embargo, cualquier adjetivo positivo en grado superlativo se quedaría corto para describir la batalla que se vivió en el Palau.

La primera parte del encuentro fue un mano a mano en el que saltaron chispas, en el primer período “la bomba” anotaría siete de sus diez puntos; Tomic llegaría a desesperar ante la asfixiante defensa malagueña, que apenas le permitía movimiento; Satoransky y DeShaun Thomas deberían de dar su mejor versión ante el estancamiento anotador de su equipo y el Unicaja se aferraba al movimiento del balón, a su acierto de tres y a que Fran Vázquez pudiera a volver a jugar tras torcerse el tobillo en los primeros compases del encuentro.juan_carlos_navarro_3

El conjunto de la Costa del Sol vencería por dos puntos al finalizar una espectacular primera mitad; sin embargo, los culés combinarían perfectamente la inteligencia de los veteranos y la explosividad  de los jóvenes para arrollar al Unicaja en los primeros minutos del tercer cuarto. No obstante, los “boquerones” mostraron una gran fuerza de voluntad y remontaron el encuentro desde la defensa.

El partido se adentraba en el último minuto y los andaluces, animados al recuperar a Vázquez en la segunda mitad que contagió su rabia a sus compañeros,  pusieron tablas en el marcador. En este momento, Xavi Pascual tomó una decisión que, según muchos, ha sido una de las más acertadas de su carrera. A pesar de no haber vuelto a pista desde la mediación del primer período, Juan Carlos Navarro demostró ser un auténtico samurái, estos eran guerreros de la antigüedad japonesa caracterizados por su inteligencia y paciencia. “La bomba” había estado analizando el ritmo de la batalla desde su emplazamiento en el banquillo, esto le valió para conseguir desmarcarse y quedarse completamente libre de marca en una posición en la que no iba a fallar.

Pueden imaginarse el resultado. Poco a poco, Navarro ha ido creciendo en su carrera, hoy en día sigue mejorando en algunos aspectos; sin embargo, hay algo que hace perfectamente desde que empezó: Postrar a sus pies al mundo del baloncesto.