Casillas al Oporto. Lo normal es lo que se ha dicho: Lopetegui ha sido clave. Sí, la clave, pero no el motor de la operación. La historia es otra y tiene un hombre decisivo. El Real Madrid tenía que acelerar la salida de Casillas para zanjar las tensiones de la portería y para dar entrada a De Gea. Casillas no ha encontrado a un “grandísimo de Europa” como destino, por razones conocidas y que ya sería redundante enumerar.
El tiempo ha pasado y, sobre la campana de la vuelta al trabajo, aparece el Oporto. Lo obvio es pensar, efectivamente, en Lopetegui como cerebro de la operación, pero lo obvio en fútbol casi siempre es dudoso. ¿Oporto por Lopetegui? No, por Jorge Mendes. Mendes, que tiene cerrada la operación De Gea con el Real Madrid hace mucho tiempo, sabía que su portero no vendría al Real Madrid si Casillas continuaba en el club. Esa condición estuvo sobre la mesa desde el primer día. Vistos los problemas para la salida de Iker – la exigencia de cobrar todo su contrato y la ausencia de equipos dispuestos a contratarle – Medes se puso manos a la obra y a “trabajar” para Casillas y el Real Madrid.
En la medida que desatascara la vía de salida para Casillas, abriría la puerta para que De Gea viera, cumplida su condición de no coincidir con Iker. Lo demás es solo una dramatización de los hechos y un número que ha deteriorado la imagen de Casillas y, en cierto modo, también la del Real Madrid. Ya está. Casillas sale y Mendes puede traer a De Gea. El magnate de la intermediación ha hecho un favor al Madrid, a Casillas, al Oporto y así mismo. El que puede, puede. Mendes y el golpe que partió el nudo gordinao de Iker.
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