Justicia en Barcelona. Si el Barça trata de explicar su derrota, a dos partidos, por la expulsión de Piqué estará usando argumentos de equipo menor. En Bilbao baño y en el Camp Nou, impotencia durante 43 minutos. Luego sufrimiento ante un Atlehic físicamente superior. El fútbol tiene esto y por eso es tan grande. No ha habido color ni con la alineación de conveniencia ni con la alineación estelar, sencillamente, los vascos han sido muy superiores. Ahora se pueden hacer todas las lecturas, se puede crucificar a Luis Enrique pero lo que ha pasado es fútbol. Correr, luchar, anticiparse, pelear hasta el descuento y ver como el Barça además, en el 87, usa a Messi intentando rematar de cabeza un saque de esquina. Eso lo explica todo. Eso y contar con un goleador en estado de gracia. La segunda parte, en momentos, fue un rondo del conjunto de San Mamés. El Barça acusó la ausencia de Piqué pero, sobre todo, acusó cansancio mental y de piernas. Lo echaron todo en la primera parte y solo recaudaron un gol (Messi- 43).
Salieron de vestuarios, se fue Gerard expulsado y el Barcelona se diluyó como un azucarillo. No había más final pero, en mitad del agotamiento local, llega un error defensivo y Aduriz cuadra el círculo de su recital en dos actos y marca el empate. Ya no había partido y las palabras de Iniesta al final reflejaban la imagen que se ha visto en el campo: “Ellos fueron mejores allí, cometimos muchos errores e impusieron su fuerza. Aquí hemos sido mejores pero no ha sido suficiente”. Andrés Iniesta, con buen criterio, restó importancia a la expulsión de Piqué y descartó el cansancio o la falta de forma como explicación. Los jugadores, muchas veces, lo explican claro. Ellos están más cerca que nadie.
Después de más de treinta años el conjunto vasco vuelve a ganar un titulo y, ganarlo al Barcelona en dos partidos, es como si fueran dos. El domingo empieza la Liga y vuelven a verse otra vez en San Mamés. La historia, seguramente, será distinta pero a Valverde y a los suyos esta ya no se la quita nadie. Ahora Bilbao se entretiene en el dulce debate de si la Gabarra si o la Gabarra no. Da igual….
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