Inicio 1ª División Betis: Luces y sombras en la planificación verdiblanca

Betis: Luces y sombras en la planificación verdiblanca

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Manuel Villalón./ Diez han sido las nuevas incorporaciones de un Betis que vuelve a Primera tras su breve pero intenso año en la categoría de plata del fútbol español. La planificación deportiva del año del retorno al lugar que por historia merece comenzó estrictamente antes de que éste fructificara.

EFE Van Wolfswinkel Betis Macia OlleroHemos de situarnos en el 25 de noviembre del pasado año. Ese día Juan Carlos Ollero daba su primera rueda de prensa como presidente del club de las trece barras y dejaba claro que el aspecto deportivo era la principal clave del nuevo proyecto: «El modelo del club que vamos a seguir es el de una secretaría técnica cualificada y dotada trabajando en colaboración con el entrenador”.  El máximo mandatario bético exponía así que era innegociable la toma de medidas para reorganizar el área deportiva del club, muy cuestionada por el irregular devenir del equipo hasta la fecha y por la notoria y evidente falta de profesionales con cualificación que hasta entonces la comandaban.

Sin embargo no fue hasta abril cuando se anunció el nombre del hombre fuerte para dirigir esta parcela. Avalado por su trayectoria en importantes clubes como Valencia, Liverpool o Fiorentina llegó Eduardo Macià. Su llegada, junto al ansiado objetivo del ascenso al alcance de la mano, inyectaron un plus de optimismo en el beticismo. El desembarco del director deportivo valenciano se hizo efectivo el 1 de mayo, una vez se desvinculó de la Fiore. Para entonces el ascenso era cuestión únicamente de días, por lo que desde ese momento se podía comenzar a planificar el nuevo curso con el único escenario de la vuelta a primera como referencia.

Por ello, en las oficinas del Villamarín se contaba con una ventaja de la que no gozaban la mayor parte de los equipos de Primera, que aún estaban inmersos en el tramo final de la liga y sin saber su futuro inmediato, pues no es lo mismo planificar sin conocer en qué categoría vas a competir o si lo harás o no en Europa. Una vez el ascenso fue una realidad, Macià se reunió durante la primera semana de junio con todos los integrantes de la plantilla para explicarles su situación de cara a la temporada venidera.

Se priorizó fichar calidad antes que cantidad así como darle salida a un buen número de jugadores que no cumplían con el perfil y nivel exigible para la primera división. De esta forma se buscaba confeccionar una plantilla con 22-23 futbolistas a los que habría que sumar varios canteranos para completar el plantel.

De la teoría a la práctica

Sin embargo, y con el mercado de pases ya cerrado, es evidente que estas condiciones no tuvieron su reflejo en la realidad. El propio Macià lo reconoció hace unos días tras dar balance de la planificación: «No ha sido perfecta. Nuestra idea era la de tener una plantilla más corta. Algunos jugadores con los que no se contaba no han salido, por lo que los tenemos que reintegrar (Kadir, Vadillo y Matilla)”.

EFE Betis Pepe Mel VargasCentrándonos en las caras nuevas destaca el buen hacer del valenciano a la hora de incorporar jugadores contrastados como Van der Vaart, Digard o Vargas; todos ellos a coste cero en forma de traspaso. No obstante, las dudas comienzan a aparecer en el centro de la zaga, una de las zonas más exigidas en cualquier equipo. Se ha firmado al argentino Pezzella -jugador por el que más desembolso se ha realizado (2,25 millones de euros por la mitad del pase) y que ha empezado dubitativo e impreciso la temporada-, a Westermann y a Tarek, inéditos los dos últimos tras las primeras jornadas. El alemán viene libre y con una trayectoria respetable en importantes clubes de Alemania mientras que el egipcio es una apuesta personal de Macià que parece más enfocada de cara al futuro que de inmediato rendimiento.

Para el lateral diestro el hombre elegido fue Piccini. El italiano ya estuvo cedido el año pasado y apenas tuvo participación por sus continuos problemas físicos, pero cuando saltó al campo no desentonó. El hándicap que debe superar es el de su brillantez en ataque a expensas de la faceta defensiva. Más dudas ofrece Petros, centrocampista brasileño de 26 años por el que se pagaron 1,2 millones de euros por el 50% de sus derechos. Desubicado en pretemporada y pendiente de adaptación, el tiempo dirá si la inversión estaba justificada, pero a priori no parece tanto un jugador titular y sí más un complemento para el centro del campo, por lo que no termina de entenderse tal desembolso con el reducido presupuesto con el que se contaba.

Las dos últimas caras nuevas llegaron el día del cierre del mercado. Ricky van Wolfswinkel complementará a la dupla de delanteros que ha sostenido al Betis en los últimos años: Rubén Castro y Jorge Molina. A ellos se le sumará la aportación casi testimonial de Rennella, al que se le ofreció la carta de libertad pero decidió quedarse, aún sabiendo que quedaba relegado como cuarto delantero.

Joaquín, el hijo pródigo y último refuerzo llegar, es por derecho propio el estandarte mediático, aunque el repaso a estos meses de movimiento da la impresión de que la guinda del proyecto cuenta con un nivel muy superior al que presenta el bloque en su conjunto. El portuense es sin duda la mejor incorporación, y su empeño en volver al club que lo catapultó a la élite del fútbol es la mejor señal de garantías de que llega con mucho fútbol que aportar aún a sus 34 años.

Luces y sombras, fichajes a priori de garantías, y otros que albergan más dudas por despejar; esa es la sensación que desprenden los meses veraniegos del Betis. A pesar de los desajustes que se aprecian, como la masificación fruto de no haber sabido gestionar las salidas de los descartes apartados en pretemporada y que ahora se suman al elenco de jugadores del plantel, el objetivo mínimo de la permanencia debería quedar garantizado. Para entonces será cuando pueda valorarse la consistencia de la planificación ideada por Eduardo Macià y Pepe Mel.

Por Manuel Villalón / En Twitter: @ManuVillalon