El hecho de haber conocido el amargo sabor de la derrota suele suponer un punto de inflexión en el rendimiento dentro de cualquier disciplina deportiva. En el día de ayer pudimos observar como los jugadores de la selección española comenzaron un nuevo Eurobasket, a partir de la derrota que sufrieron ante Serbia en la primera jornada del mismo. Ante ellos estaba el combinado nacional turco, un equipo bastante duro, pero que; sin embargo, contra los de Scariolo dejaron bastante que desear, mucho.
Los turcos, entrenados por Ergin Ataman, habían estrenado su casillero de victorias tras haber vencido a la Italia de Bellinelli, Gallinari y Bargnani en el primer día de competición. Este encuentro fue bastante apretado, ya que tuvo que decidirse en los segundos finales, y los de Pianigiani salieron derrotados ante una selección contra la que se suponía que no iban a tener muchos problemas. Turquía dio la sorpresa y las expectativas respecto a ella aumentaron tras este partido.
Por su parte, y como se ha mencionado antes, los españoles sufrieron una dura derrota contra Serbia. El ritmo del encuentro no fue en ningún momento el que acostumbraban a jugar los de Scariolo y los de Djordjevic supieron aprovechar esto para alzarse con la victoria, aunque en algún momento tuvieron que remontar, ya que durante unos minutos sus rivales consiguieron ventajas de más de diez puntos. Esta derrota sentó fatal en el vestuario, por lo que, los jugadores plantearon empezar de nuevo la competición en el encuentro del día siguiente, saliendo a la cancha con el objetivo de arrasar a su rival.
Así fue, a pesar de que los turcos aguantaron el primer período, la gran defensa y la gran efectividad anotadora de Pau y Mirotic volvió a ser la que fue en la preparación, dejando a España seis puntos arriba en el marcador y demostrando así que el encuentro anterior solo había sido un fallo de concentración. Al inicio del segundo cuarto las diferencias se harían más evidentes. Los triples, que habían supuesto la asignatura pendiente en el primer día de la competición, entraban uno detrás de otro, mientras que por su parte, los de Ataman veían el aro más pequeño que ojo de una aguja. Los de Scariolo firmaron una primera parte inmejorable, el juego del combinado nacional era totalmente distinto al del día anterior, casi irreconocible, dejando el marcador bastante favorable tras los primeros veinte minutos (38-54).
La segunda parte fue un reflejo del segundo período. Los españoles seguían viendo el aro con bastante facilidad, mientras que los turcos fallaban tiros que en otras ocasiones habrían anotado sin problema. Lo más destacable de los dos últimos cuartos fue la actuación de Hernangómez. La diferencia en el marcador permitió a Scariolo mover más el banquillo y el reciente fichaje del Madrid aprovechó esos minutos, anotando once puntos y atrapando seis rebotes.
La victoria de España fue clara (77-104), ahora el objetivo está en mantener el ritmo y no dormirse en los laureles. El próximo encuentro de la ÑBA es ante Italia. Es fácil pensar que porque saliera derrotada del partido contra Turquía no va a ser complicado ganarles, al fin y al cabo ganamos de más de veinte a los turcos. No, la selección italiana es un conjunto muy anotador con gran acierto en el triple y las penetraciones, debido a esto, los de Scariolo tienen que seguir trabajando en su defensa y enfrentarse a cada equipo sin mirarle por encima del hombro, algo que en varias ocasiones ha supuesto la derrota.
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