Inicio 1ª División Betis 0-3 Espanyol: Un diamante en el Villamarín

Betis 0-3 Espanyol: Un diamante en el Villamarín

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El Real Betis Balompié ha caído derrotado (0-3) ante el RCD Espanyol en la octava jornada de la Liga BBVA. Un inspiradísimo Marco Asensio supo guiar a los visitantes en una nueva noche aciaga para los verdiblancos.

EFE Espanyol Celebración Betis JoaquínQuedaban cuatro minutos para la conclusión del encuentro en el Benito Villamarín cuando Rubén Castro chutó a portería y el balón impactó en el banderín de córner. El Betis perdía desde el pitido inicial, cuando Enzo Roco aprovechó el primer error de los centrales verdiblancos para cabecear en el corazón del área a gol, y cada lance del juego quedaba resulto en contra de los intereses de Pepe Mel.

Los béticos llegaban tarde a la pelea, los rebotes caían siempre del lado visitante y la dinámica fue hundiendo a los locales con el paso de los minutos. Para cuando Rubén Castro realizó su último intento desafortunado, la cara de Joaquín era la un muerto viviente: exhausto y desfondado. El del Puerto de Santamaría, aun arrastrando las botas, pudo realizar un último y fútil esfuerzo a su causa lanzando un saque de córner que Vincenzo Rennella remató a gol cuando la esperanza estaba perdida.

La vida se la habían robado al Betis mucho antes su propia línea defensiva y el diamante Marco Asensio. El mallorquín hizo y deshizo a su antojo mientras Felipe Caicedo entretenía a los centrales con su envergadura. El Espanyol no necesitó más; lo confió todo a la clarividencia del jugador cedido por el Real Madrid y a la pegada del ecuatoriano. Y cuando el ariete falló o estaba a otra cosa -jugando con el desacertado Heiko Westermann– llegaron desde segunda línea refuerzos valiosísimos.

Entre el 50 y el 55 de juego capituló el Betis en el costado derecho de su campo. Allí donde debía estar Cristiano Piccini sólo había césped despejado y centrales desdibujados. Y Asensio, inteligente y majestuoso, se llevó raudo el cuero para brindar el gol -primero a Caicedo, luego a Victor Sánchez– a sus compañeros aprovechando el espacio.

En adelante sólo hubo lamentaciones lastimosas. Por la ocasión perdida de sumar tres victorias consecutivas, por la imagen de los locales y, sobre todo, por lo que habría cambiado el panorama si la perla madridista hubiese acabado cedida en Heliópolis aquella tarde de verano.

Fernando Alcalá-Zamora | En Twitter: @NothingsWritten