Javier Muñoz – Empate a nada en el Parque de los Príncipes en la tercera jornada de la Fase de Grupos de la máxima competición continental, un encuentro en cuya primera parte el Real Madrid se dejó escapar sus mejores oportunidades ante un competitivo París Saint Germaint. Tras la salida de vestuarios, un Madrid menos inspirado seguía buscando la victoria pero la contienda se igualó e incluso el punto que se trajeron los blancos a casa acabó peligrando. Pese a buscar la victoria ambos equipos, más los blancos que el PSG, se impusieron la táctica y un físico que durante los minutos finales estuvo del lado parisino.
A pesar de lo compacto e inquietante que salió el PSG, duro atrás e intentándolo por las bandas con Ibrahimovic como referencia ofensiva, el Madrid solventó las bajas y según transcurrían los minutos se iba mostrando cada vez más superior al conjunto francés; los imperiales Ramos y Varane lideraban una infranqueable defensa, Kroos soltaba su vocación ofensiva entre líneas gracias al ‘guardaespaldas’ Casemiro e Isco y Marcelo les buscaban las cosquillas a los de Blanc por el costado izquierdo con exquisitas combinaciones, pero sin fructificar. Sin embargo, eran las internadas en todo el frente del ataque por parte de Jesé y Lucas Vázquez las que realmente hacían daño, intercambiando posiciones con un Ronaldo que se mereció anotar pero se fue de vacío. El asedio madridista a falta de quince minutos hizo que el cancerbero Trapp se erigiera en la primera mitad como el más destacado del conjunto local, realizando paradas a resaltar como el mano a mano con Jesé tras un gran pase interior de Kroos o a las que le obligaron el testarazo de Cristiano Ronaldo y Casemiro con un tiro lejano.
Se equilibraron las tornas en la reanudación, bajando el Madrid en la constancia de su juego pero no así en ambición, viéndose reflejada su búsqueda del gol en un cabezazo de Cristiano frustrado providencialmente por Aurier y un sorprendente disparo cruzado del propio astro portugués que se marchó por poco. Solían errar no obstante los de Benítez en el último pase frente a una defensa del PSG más cerrada que en la primera parte y que, junto a las estrellas Lucas Moura, Pastore y Lavezzi como refrescos de lujo, finalmente le conllevó a superar físicamente a un Madrid ya desgastado, lo que permitió a Ibra y compañía llegar con más facilidad a la portería de Keylor Navas aunque sin concretar sus amenazas, guiadas con más corazón que juego.
El grupo A queda encuadrado entonces con ambos equipos empatados con siete puntos, con tres puntos y aún una mínima opción de clasificarse, el Malmöe, y el Shaktar en última posición con el casillero por estrenar.
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