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Sevilla FC 1-3 Manchester City: Un huracán llamado City casi acaba con el sueño Champions

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krychowiak sevilla manchester cityComo un ciclón empezó el City en el Pizjuán. Cuando el Sevilla se quiso dar cuenta iba ya perdiendo 0-2 en el marcador. La frágil defensa hispalense sufrió las continuas acometidas británicas, que se plantaban con relativa facilidad en el área de Sergio Rico, para crearle problemas al guardameta rojiblanco.

A este complicado panorama se sumó que pronto llegaría el primer tanto ‘citizen’. Fernandinho metía un preciso pase a la espalda de Coke y allí Sterling se plantaba solo frente a Sergio Rico y lo batía por bajo. Y casi sin tiempo para reaccionar, volverían a golpear los ingleses, más duro si cabe, con el segundo gol que caía como un jarro de agua fría sobre Emery y los suyos. Nuevamente Bony disparaba a placer en la frontal del área, rechazaría Sergio Rico, pero su rebote lo cabecearía Fernandinho, sin oposición, a la red.

La sangría pudo ser mayor si el disparo de Navas se hubiera colado en vez de ser repelido por el palo. El palaciego, muy activo durante el primer tiempo, fue un auténtico quebradero de cabeza para Trèmoulinas. Además, incluso por encima del nivel ofrecido por el ex sevillista, estuvieron Sterling, Fernandinho, Touré o Bony, los cuales cuajaron una actuación sensacional en el feudo sevillista.

El Sevilla dio la sensación de despertar un poco, primero avisando con un remate de Llorente, que se fue arriba ya que el riojano llegó muy forzado, tras una buena combinación colectiva hispalense. Y más tarde, en la segunda acción de peligro llegaría el gol sevillista, después de que Vitolo enlazara con Coke, que de autopase se marchaba hasta línea de fondo, y ponía el centro al segundo palo donde remataba a puerta vacía Trèmoulinas. El Sevilla volvía a estar vivo en el partido.

Tuvo la opción de empatar en un doble remate de Kolo e Iborra, pero solo fue un espejismo. El conjunto entrenado por Manuel Pellegrini volvía a asestar un mazazo que, a la postre, se convertiría en definitivo. Navas recibía cómodo, pegadito a la cal en esa banda que tantas tardes de gloria dio al sevillismo, y su centro era rematado en el corazón del área por Bony ante la pasividad de la zaga rojiblanca.

Tras el descanso, el Sevilla, lejos de reaccionar, siguió a merced de su rival, que plácidamente fue durmiendo el partido y volcando paulatinamente los tres puntos a su favor. Es verdad que la actuación arbitral no ayudó, ya que Emery y los suyos protestaron dos acciones dentro del área que bien pudieron acabar en penaltis y continuas faltas en las que el colegiado consideró más oportuno dejar jugar. Pero la apatía y la falta de intensidad sevillista se volvieron a mostrar más aún durante la segunda mitad.

Solo un incansable Krychowiak levantaba el aplauso de una grada decepcionada por la falta de coraje de los suyos en muchos momentos del partido. Las imprecisiones por la escasez de ideas a partir de la zona de tres cuartos y la lentitud para llevar el balón hasta esa zona unido a las rápidas transiciones y eficacia del Manchester City hacían pensar que la victoria de los visitantes estaba asegurada, y así fue.

Y pudo ser peor si Bony, Sterling o Yaya Touré hubieran estado acertados de cara a puerta en el segundo periodo. Por su parte, el conjunto nervionense no encontraba soluciones y cuando conseguía llegar al área, las jugadas acababan en malos centros sin opciones de remate o en zonas donde debería haber jugadores sevillistas y no los había. Konolyanka lo intentó con un disparo cruzado que se perdió a la izquierda de Hart. Fue prácticamente la única ocasión de gol de los hispalenses en la segunda mitad de un decepcionante Sevilla.

Así las cosas, el Sevilla pierde gran parte de sus opciones de estar en los octavos de la Champions League. Solo si el conjunto nervionense vence en Alemania y la Juventus cae derrotada en su casa frente al City, dependerá de sí mismo para estar en la siguiente fase ya que recibe en la última jornada en el Pizjuán al conjunto turinés, con quién hipotéticamente se la jugaría a cara o cruz. Ahora, Emery deberá cambiar el chip a sus jugadores ya que el domingo rinde visita, nada más y nada menos, que el Real Madrid.