Ya he escuchado, visto y leído todo lo que se puede esperar después de que el Real Madrid hiciera jugar a Cheryshsev en Cádiz. Lo que hago ahora es decir lo mío y aguardar a que los letristas gaditanos decidan si esto es tanguillo, chirigota o cuplé. El asunto es motivo de burla y lo seguirá siendo. Butragueño salió, orgullo y amor a la camiseta, a cortar el término “ridículo”. Es obvio que tuvo más voluntad que éxito. El calificativo ya circulaba por medio mundo cuando él quiso cortarlo de raíz. Es lo de menos. Lo cierto es que, para lo bueno y para lo malo, el Real Madrid es así y, sin pretenderlo, se ha cargado el arranque de campaña que con tanto celo han preparado los líderes políticos. El fútbol, de eso no podemos culpar al fútbol, siempre es más.
Ahora se cierne sobre la opinión pública, no importa que guste o no el fútbol, una tormenta rabiosa de palabras, argumentos y comparaciones que provocan una contaminación como la que a diario sufre Madrid. Esto no lo puede arreglar Carmena, que para el tráfico y actúa. Ojalá Florentino pudiera hacer eso pero, cuando la pelota rueda, no hay quien la pare. Ahí están los hechos, ahí están las pruebas y los antecedentes. Parece claro que el Real Madrid lo tiene complicado. Indefensión, desconocimiento o falta de aviso, todo se puede argumentar pero no parece que tenga mucho recorrido ante un Comité.
La eliminación tiene dos pesos distintos, el objetivo que priva al club de ingresos y posibilidad de títulos y, no sé si más grave, la imagen. Vivimos en el mundo de la imagen y el Real Madrid lo sabe y lo maneja mejor que nadie. Todos señalan a Chendo pero simplificar un problema complejo es resolverlo mal. La cadena de información y, claro, el futbolista deben dar las explicaciones. Me cuesta creer que un jugador inteligente como Cheryshev olvidara el detalle. El día después ha sido uno de los días más amargos de la historia reciente en el Real Madrid. La impotencia y la rabia se han instalado en el Bernabéu. No sé, lo que tengo claro es que el Cádiz no tiene nada que ver en esto. Sería injusto que, en el lanzamiento de trastos, lesionaran al que pasaba por allí.
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