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Simarro, un entrenador de pura raza

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Pese a estar en el hospital, dirigió a los celestes a través del teléfono en el derbi ante Torredonjimeno

Foto: Villacarrillo CF | Mensaje de apoyo de sus jugadores.
Foto: Villacarrillo CF | Mensaje de apoyo de sus jugadores.

Alfonso López Simarro es un entrenador singular. No le conozco en persona y, quizás por ello, puedo ser más objetivo en este sentido. En cada uno de sus equipos ha dejado la impronta de su pasión. Un sello que este domingo quedó impregnado en el Veracruz. Y lo hizo, porque pese a la operación de ciática y hernia discal que sufrió hace unos días, dirigió a sus jugadores del Villacarrillo CF desde la habitación del hospital a través del teléfono.

Así lo contó el propio Simarro en su intervención en Ser Deportivos junto a Eduardo Oliver. Protagonizó incluso parte de la charla previa a sus futbolistas. “Dispongo de toda la información del rival, a partir del informe que voy captando con los vídeos de los rivales y quería darles la charla a los jugadores. Para motivarles, decirles que desde la distancia los apoyaba y para ayudarles a conseguir un buen resultado».

Foto: Villacarrillo CF | Simarro en su presentación junto a sus ayudantes
Foto: Villacarrillo CF | Simarro en su presentación junto a sus ayudantes

Ahí no quedó su labor. Durante el transcurso de los noventa minutos de su duelo ante UCD Torredonjimeno (1-1) se mantuvo en contacto directo con sus ayudantes, Pedro Miralles y Antonio Climent. “Continuamente, a través del teléfono, supe cómo se desarrollaba el partido, aunque con los nervios de no saber donde estaba exactamente el balón». Hasta puso su granito de arena en las sustituciones. “Los cambios fueron consensuados con mis ayudantes, Antonio y Pedro, a los que les tengo que agradecer la labor que han hecho esta semana durante los entrenamientos», indicó Simarro en su entrevista en las ondas.

El míster linarense no tardará en regresar con los suyos. Hoy recibe el alta médica y anunció a través de Ser Deportivo que mañana vuelve a los entrenamientos. «Ya lo tengo preparado. Evidentemente sólo lo dirigiré para que los jugadores lo efectúen junto a mis ayudantes».

A la vista de los hechos, podría decirse que Simarro es un ‘enfermo’ del fútbol. Alguien que ha dejado un poso positivo allí por donde ha pasado. Cazorla, Jódar, Linares, Vilches o Navas de San Juan, entre otros lugares, pueden acreditarlo, además, con el dulce sabor de éxitos en forma de ascensos y Copas del Subdelegado. Un currículum que no ha apagado su hambre competitiva, que le ha llevado a emprender una nueva aventura en una plaza prestigiosa como es Villacarrillo. Una trayectoria que no trunca ni el quirófano y que demuestra, una vez más, que es un entrenador de pura raza.