No es casualidad que el Mirandés se haya metido en cuartos de final de la Copa del Rey. El Pizjuán ha sido el último escenario donde los hombres dirigidos por Carlos Terrazas han vuelto a ofrecer una buena imagen. Bien es cierto que pudieron encajar más goles, pero los burgaleses no le perdieron la cara al partido ni un solo minuto. Eso sí, gracias a la brillante actuación de su portero, Raúl Fernández, que realizó varias intervenciones muy meritorias.
Los visitantes se mostraron descarados desde el principio, con una alta intensidad en la presión a la salida de balón sevillista, dificultando el inicio de la jugada al equipo de Emery. El buen hacer del Mirandés provocó que el partido se atragantara para los locales, y no fue hasta el minuto 93 cuando acabarían dando la puntilla a su rival. Pero hasta que llegara ese momento, los sevillistas iban a tener que sudar mucho.
Se había hablado mucho durante la semana de la complejidad del partido por aquello de enfrentarse a un rival de menor categoría que llegaba al estadio nervionense con la firme intención de reafirmarse en su idea de buscar sin complejos incomodar y hacer daño al equipo contrario. Y lo cierto es que a los de Emery les costó deshilachar la muralla del Mirandés.
A pesar de este derroche físico, el Mirandés no llevó demasiado peligro a la portería de David Soria, apuesta valiente de Emery en la portería. Sangalli, muy incisivo durante el encuentro, fue el encargado de estrellar un balón al palo en la que fue la acción ofensiva más destacada de los visitantes.
Por otra parte, defensivamente, el equipo de Terrazas mostraba carencias a la hora de defender las jugadas a balón parado. Y precisamente en una de ellas fue cómo llegó el primer tanto sevillista. Tras una serie de rechaces en el área, la pelota quedaba en el área pequeña para N’Zonzi y el francés batía a Raúl Fernández, colocando el 1-0 en el marcador.
En la segunda mitad, el Sevilla consiguió hacer más constante ese fútbol que mostró a ráfagas durante el primer periodo. Gracias a ello pudo generar más ocasiones de peligro y ahí apareció la figura estelar de Raúl Fernández. El guardameta visitante comenzó a realizar, a partir de ese momento, un auténtico recital de paradas.
Gameiro, que también tuvo una gran oportunidad durante la primera parte, Reyes, Carriço y, sobre todo, Krohn-Dehli, se encontraron con un portero que lo sacaba todo. Los sevillistas no estuvieron acertados en sus remates y el guardameta del conjunto burgalés parecía tener un imán para despejar todos los balones que se le acercaban.
Sin embargo, en la última jugada del partido no podría detener la acometida sevillista, en la jugada que llegaría el segundo gol hispalense, importantísimo para el desarrollo de la eliminatoria. Un gran centro de Mariano fue a parar al segundo palo donde llegaba con inercia Krohn-Dehli. El disparo del danés fue rematado por Vitolo cerca de la línea de gol, y así el canario marcaba un gol que encarrila el pase a las semifinales.
Quizá un castigo demasiado duro para el Mirandés por el minuto en el que llegó el segundo gol sevillista; pero desde luego, también es cierto que la actuación de Raúl Fernández evitó que la diferencia de goles con los que se va la eliminatoria a Miranda de Ebro hubiera sido mayor. El Sevilla da un pasito más, dejando la portería a cero y venciendo en el partido de ida en casa. Habrá que certificar el pase en el Estadio Municipal de Anduva.
*Foto: Antena 3
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