Pasaba por Nervión uno de los últimos trenes para aspirar a la Champions. Y, para ello, el coliseo nervionense, que tantas veces ha salido victorioso durante esta temporada, afrontaba con ganas la cita liguera. Había tensión, el partido así lo exigía y por eso se vieron unos primeros minutos de tanteo hasta la primera oportunidad del partido que llegó con un cabezazo de Gameiro.
El Sevilla comenzó a crear peligro por banda izquierda gracias a las incursiones de Konoplyanka y a la profundidad que ofrecía Trèmoulinas. Desde ese flanco llegaron la mayoría de ocasiones de las que gozaron los hispalenses, quienes tendrían que afrontar un contratiempo por la lesión de N’Zonzi. El centrocampista francés fue sustituido por Cristóforo.
En el ecuador del primer período fue el momento en el que los sevillistas encontraron la inspiración en un contragolpe ejecutado por Konoplyanka y un electrizante Gameiro, que acabó asistiendo a Iborra, para que el valenciano la empujara al fondo de la red.
Sin embargo, la alegría no duraría mucho a los de Unai Emery, ya que el Villarreal solo tardó 6 minutos en responder. Rukavina consiguió percutir por la derecha marchándose de Carriço y su centro fue cazado, tras un mal despeje, por Bakambu, quien libre de marca batía a Sergio Rico.
El Sevilla pudo adelantarse de nuevo, pero el cabezazo de Gameiro tras un saque de esquina de Banega se perdió a escasos centímetros de la portería. Quien no perdonaría sería nuevamente Bakambu. El delantero del equipo castellonense empalmó de volea un magnífico pase de Adrián que hizo magia en la frontal y se sacó de la manga un truco genial.
Mazazo tremendo para las aspiraciones nervionenses, que se veían abocados a remar contracorriente y buscar una remontada complicada. No en vano, los rojiblancos, descontentos con la actuación arbitral, no se rendirían tan fácilmente.
Para empatar el partido, le bastó con una buena jugada elaborada que fue a parar en las botas de Konoplyanka. El centro-chut del ucraniano fue interceptado por Víctor Ruiz, pero su despeje se coló a la derecha de Areola, volviéndose a equilibrar de nuevo el marcador.
A partir de ahí, el Sevilla llegó varias veces y pudo tomar ventaja, sobre todo con un cabezazo de Iborra que rozó el palo derecho. Pero también el Villarreal, con un remate de Bruno silenció al Pizjuán. Era una partida de continuos golpes en la que cualquiera de los dos podía acabar K.O.
Sería el Sevilla quien golpearía más duramente gracias a un zapatazo de Konoplyanka. Esta vez sí, el ucraniano encontró portería y la puso imposible para Areola. Enloquecía Nervión, que veía cómo su equipo era capaz de remontar el choque y acercarse un poco más a la Champions.
A partir de ahí, el partido no tuvo respiro. El Villarreal dio dos pasos adelante y se fue en busca del empate. Moviendo el balón de un lado a otro dispuso de grandes ocasiones, pero Sergio Rico y Rami salvaron al conjunto hispalense. El primero con una parada al cabezazo de Leo Baptistao; y posteriormente el central francés evitando el gol de Bakambu cuando el delantero ya había regateado al guardameta sevillista.
Al final, el Sevilla sentenciaría el partido con el 4-2. Gameiro volvió a ganar en velocidad, por enésima vez, la carrera a los defensores castellonenses, pero el francés no acertó con la definición ante Areola. Sin embargo, el guardameta del Villarreal no pudo sacar el disparo de Reyes, quien había acompañado la jugada hasta el final.
De esta forma, el equipo de Emery se pone a 5 puntos de la Champions. Victoria importantísima, una más en casa, del equipo hispalense que le hace acercarse al puesto que da acceso a la máxima competición europea. De aquí al final, ambos equipos seguirán con esta bonita lucha por separado, veremos quién lo consigue…
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