En una nublada tarde en Sevilla, el sol se abría paso para recibir al tetracampeón. El Pizjuán se engalanaba plagado de banderas y es que no era para menos, el equipo hispalense podía conseguir su tercera clasificación consecutiva a la final de la UEFA Europa League.
La vuelta de semifinales comenzó sin un dominio claro por parte de ninguno de los dos equipos. Pero en la primera oportunidad del partido, el conjunto rojiblanco tomaría ventaja gracias a un tremendo error de Malyshev que Gameiro no perdonaría. El francés se fue en velocidad y batió entre las piernas a Pyatov.
Pasado el cuarto de hora, los ataques del Shakhtar Donetsk comenzaron a producirse con más asiduidad. Las apariciones por espacios interiores de Marlos y Taison le dieron más verticalidad a un conjunto ucraniano que, aunque no había logrado ocasiones importantes de gol, llevaba la sensación de nerviosismo a la grada nervionense.
El Sevilla seguía atacando pero lo hacía de forma desorganizada, lo que daba pie a que el equipo de Lucescu pudiera sorprender a la contra. Le costaría cara esta anarquía ofensiva al conjunto nervionense, ya que al filo del descanso, Marlos encararía a la defensa local en tres cuartos de campo y metía una asistencia de fantasía para que Eduardo marcara el empate con un toque sutil que superaba la salida de David Soria.
La segunda mitad arrancó con una intensa presión, y fruto de ella llegó un robo de Kovalenko en zona peligrosa y un disparo del mediapunta del conjunto ucraniano, que atrapó seguro Soria con un gran estirada. Desafortunadamente para los visitantes, el acercamiento solo sería un espejismo de lo que vendría posteriormente.
Esta vez quien golpeó al contragolpe fue el equipo de Unai Emery. Banega volvió a inventar un pase para que Krychowiak recibiera en la frontal y asistiera magistralmente a Gameiro. Así llegaba el doblete del francés tras recortar ante la salida de Pyatov. No estaba todo el trabajo hecho aún, pero el gol del punta sevillista era un paso de gigante hacia la final de Basilea.
A partir de ese momento, el Sevilla sí acertó en seguir atacando pero sin dejar espacios para las salidas del equipo ucraniano. Llegaron más ocasiones con un tiro desde la frontal de Banega y una chilena de Gameiro. Sin embargo, el que se sumaría a la fiesta en el aspecto anotador sería Mariano Ferreira. Tremendo latigazo con rosca del lateral diestro, imposible para la estirada de Pyatov.
Locura y fiesta en Nervión tras el tercer gol de los rojiblancos. La grada escuchaba por los transistores cómo en la otra semifinal el Liverpool remontaba en la otra eliminatoria y se colaba también en la final. De esta forma, el Sevilla FC consigue su tercera clasificación consecutiva para la final de la Europa League. Dos finales en cinco días, las que afrontará el equipo de Nervión, primero en Basilea y posteriormente en Madrid. No es para menos la alegría y la celebración sevillista…
*Foto: Nervioneo.
Follow
