Inicio Linares Deportivo OPINIÓN: «Cuando el sueño se convierte en pesadilla»

OPINIÓN: «Cuando el sueño se convierte en pesadilla»

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Tras los tristes descensos de Atlético Mancha Real y Real Jaén, el Linares Deportivo es la única opción que tiene nuestra provincia para tener representación en Segunda División «B» la próxima temporada. El problema es que la opción genera más dudas cada día.

 

El Linares Deportivo acaba la jornada de este fin de semana en el puesto que te obliga a disputar la eliminatoria de permanencia (la misma que se jugó la pasada temporada ante el Cacereño). La buena noticia es que el enfermo aún respira, pero la situación tiene varias vertientes negativas. Una de ellas es que, al Linares aún le late el corazón porque a dos equipos de nuestra provincia ya se le paró. Pero no es la única noticia negativa. El equipo de Ferrando no demostró en Melilla la actitud profesional que, por ejemplo, si demostró ante el Lorca. Puedo pecar de pesimismo al asegurar que este equipo, no gana ni cuando lo da todo como frente al Lorca ni, mucho menos, cuando se pasea como lo hizo hoy en el Álvarez Claros.

Opciones para las próximas semanas.

La próxima semana recibe al filial del Granada, un equipo que, sinceramente, humilló a los azulillos en tierras nazaríes en la primera vuelta. Es imprescindible vencer ese partido, más cuando en esa misma jornada se enfrentan en el Colombino el Recreativo de Huelva y el San Fernando, que son los dos equipos que preceden a los azulillos con 43 puntos. Vencer al Granada supone adelantar a uno de los dos conjuntos, si no a los dos (el Linares tiene 42 puntos). Además, El Ejido (45 puntos) recibe a un Mérida que busca play off y en la última jornada viaja a Lorca, que busca el liderato. Lo que trato de explicarles con esto es que, el Linares Deportivo, depende de si mismo para salir de esa posición y para ello necesita vencer al Granada. De hacerlo, incluso un punto en San Fernando (o ninguno) podría servirle.

Análisis.

Lo que está claro es que los azulillos no descenderán directamente, pero seamos honestos, nadie imaginaba que a estas alturas de campeonato, en la entidad azulilla, iban a sacar la calculadora para estudiar las opciones de evitar el play out. Sigo pensando que esta plantilla puede dar mucho más de lo que está ofreciendo. Le hemos visto partidos sensacionales, y es cierto que los goles de Curto fueron una lanzadera, pero sin el tortosano, los linarenses también han sabido jugar al fútbol.

Quizá deba esperar a final de temporada para analizar o explicar ciertas cosas, pero todos sabemos que el vestuario ya no es esa piña que parecía a principio de temporada. Temas extradeportivos y provocados por el entorno de unos cuantos, han provocado esa situación que no debería ser un problema sobre el césped.

Todos, incluído yo, culpábamos a Rivera de la decadencia. Hablas con algunos futbolistas fuera de micrófono y te dicen que el ex-entrenador dejó el vestuario muy tocado. Eso es cierto, pero Rivera hace casi dos meses que no está y los profesionales deberían haber tenido la capacidad de sacar esto adelante. Lo que hizo y dijo el anterior técnico muchos lo sabemos. Sus intenciones también son conocidas. Lástima que Ramis se le adelantó. Pero repito, él ya no está, y los que quedan, son los que tienen que sacar el carácter.

La pasada semana, según me cuentan, hubo un futbolista que mientras calentaba, mostraba su descontento con su suplencia (por decirlo con mano izquierda). Un aficionado incluso le recriminó su actitud. Quien no esté implicado o no acepte su situación, debería bajarse del barco y dejar hueco a quien sienta los colores o, al menos, los respete. Solo así, con gente comprometida, el Linares Deportivo salvará la situación.

La afición azulilla soñaba con, al menos, lograr la clasificación para la Copa del Rey, y si, sigo pensando que en cuanto a calidad futbolística, equipo hay. Este que os escribe, azulillo de sentimiento, salió tremendamente orgulloso de su equipo, a pesar del empate, en la jornada anterior frente al Lorca, pero lo que se ha visto desde Melilla es ciertamente decepcionante. El sueño de jugar las eliminatoria de Copa se ha convertido en una pesadilla que pretende evitar la eliminatoria por la salvación.

Seamos honestos. Un equipo no puede cambiar tanto en tan pocos meses. Toca hacer autocrítica, pero toca hacerla ya y por parte de todos. Desde el Presidente hasta el utillero, pasando por el que cuida las instalaciones (por poner algún ejemplo). A los problemas internos de cada uno, se le suman las dudas de muchos futbolistas de cara al futuro. Algunos ya lo tendrán resuelto, otros no saben lo que va a pasar con ellos, y otros, saben que no se cuenta con su aportación para la próxima temporada. Eso también afecta. Crea desconfianza y atenaza a muchos futbolistas. El Club debería mostrar más cercanía a los futbolistas. Aún no hay nada perdido y quizá sea el momento de bajar al vestuario o encerrarse con algunos de ellos en un despacho. Prima lo deportivo, si, pero las cabezas deben estar despejadas.

Repito. Hay tiempo para limar asperezas y que todos remen en la misma dirección. Hay que olvidar el futuro, las rencillas, los problemas que pueda haber entre unas y otras, la desconfianza y todo aquello que aporte negatividad. Esta semana todos tienen que sumar. Reconocer que hay problemas en el vestuario no es malo. El Linares Deportivo es un equipo y no tiene por qué ser una hermandad universitaria americana en la que todos son amigos y se van de fiesta juntos. Como les dijo Ferrando hace unos días. Los futbolistas deberían mirarse el escudo, y después, mirar a los ojos a los aficionados que durante toda la temporada han confiado en ellos. No pueden decepcionarlos. Hay que salvar el barco y el 30 de junio tomar el camino que cada uno desee. Sin duda alguna, directiva, dirección deportiva y cuerpo técnico habrán aprendido de los errores. El público debe ser exigente y abrir los ojos. No puede dejarse engañar por quien no da todo por esta camiseta, pero sin olvidar que, cuando Linarejos ruge, el suelo tiembla.

Esto se saca adelante con sentimiento, fe, sacrificio, honestidad, lealtad… ¡¡Y unidad!!