Inicio Polideportivo Baloncesto Javier Imbroda, un extraño en su tierra en Barcelona 92

Javier Imbroda, un extraño en su tierra en Barcelona 92

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Estos días se conmemoran el 25º aniversario de los Juegos Olímpicos de Barcelona. En aquella mágica cita que cambió la concepción de la ciudad y del deporte español fue protagonista uno de los colaboradores de Palabra de Fútbol: el entrenador de baloncesto Javier Imbroda. Hace un cuarto de siglo se iniciaba como técnico ayudante de la selección de Lituania que fue bronce peleando junto a selecciones como el mítico Dream Team estadounidense o Croacia.

En su web, Javier Imbroda recuerda lo que fue aquella experiencia inolvidable:

«Han pasado 25 años de un momento para la historia. Recuerdos inolvidables que siempre permanecerán retenidos en mi memoria.

Me sentí extraño, formaba parte del equipo técnico de Lituania en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. Una sensación rara cuando vi salir a nuestro Rey (entonces Príncipe) como abanderado de nuestro equipo olímpico. Yo que había desfilado con el equipo lituano, llevaba ya un tiempo sobre el estadio olímpico a la espera de que saliera el equipo español.

Impresionaba ver y sentir el recibimiento de todo el público, un momento mágico, como mágicas fueron las Olimpiadas. Su organización, sus voluntarios siempre prestos y amables para ayudar y resolver cualquier incidencia, los brillantes resultados deportivos. Un deporte español que representaba el preámbulo a una etapa impresionante de resultados posteriores que pusieron y ponen a España como uno de los grandes a nivel mundial en multitud de disciplinas deportivas.

Viví un sueño con Lituania en aquellas Olimpiadas. Nunca pude imaginar que podría vivir una experiencia como aquella que tanto me marcó a nivel personal y profesional. Pero así fue.

Entrenar a jugadores como Sabonis, Marciulonis, Homicius, Kurtinaitis, un joven Karnisovas, un casi retirado Iovaisha, y competir junto a ellos frente a la Croacia de Petrovic o Kukoc, el Dream Team (USA) en semifinales o contra la CEI (países de la extinta URSS) por la lucha del bronce, medalla que conseguimos, supuso para todos y en especial a mí, un sueño conquistado.

Fueron las Olimpiadas en mi país pero defendiendo otra delegación. En Sidney pude acudir con la selección española, pero esa es otra historia. Barcelona ’92 queda para los que tuvimos el privilegio de estar en ella, como los Juegos Olímpicos donde la combinación entre sentimientos únicos y esfuerzos deportivos alcanzaron un nivel difícil de lograr.

Me quedo con esa enorme experiencia, y con la medalla…».