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El despertar del Betis

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         “…Betis, mucho Betis, en este mundo lo que más quiero…”

Eduardo Grenier.- Cuba. Escuchar como 60 mil gargantas entonan a capela el himno del Betis es uno de los regalos más preciosos que otorga el fútbol a sus acérrimos amantes. Sean del equipo que sean. Y es que decir Betis en cualquier vericueto del planeta es apelar al sentimiento, la pasión, la grandeza… es hacer alusión a la vida misma adornada con un escudo de trece barras y un idioma “andalú” que enamora con su ritmo. Basta con nombrar las letras sagradas del Real Betis Balompié para que se aceleren tantos miles de corazones. Corazones, eso sí, exclusivos por bombear sangre de un matiz rarísimo producto de la mezcla entre los colores verde y blanco.

Por eso el Betis merece un lugar de muchísimo más prestigio que los alcanzados en los últimos años. Todavía duele ese descenso a Segunda. Segunda es para los equipos de Segunda y, el Betis es, y será siempre, un grande de Primera. Este año, por enésima ocasión, el proyecto parte con una renovación casi total de la plantilla en busca del  anhelado cambio de imagen. Sin embargo, la calidad de los jugadores incorporados obliga un análisis algo más exhaustivo. ¿Será este el año del Betis?

La pregunta no solo pulula por las calles de Sevilla. El mundillo del fútbol ya nota algo inusual en las contrataciones del club verdiblanco. La dirección deportiva, encabezada esta vez por Lorenzo Serra Ferrer, ha hecho realmente un gran trabajo. Aunque a algunos a veces les cueste reconocer los aciertos de una directiva que por momentos pareció obsoleta, esta ocasión Ángel Haro y su equipo de trabajo han aprovechado los terremotos que provoca el mercado de fichajes y «han pescado» con mucho acierto nuevas caras para su plantel.

Un verano intenso y provechoso en las oficinas de Heliópolis ha avivado, al menos, la ilusión del beticismo. Una afición fiel, optimista y apasionada, pero maltratada durante los últimos años por la enorme carestía deportiva que sufrió su equipo. El bético confía en que será la temporada de la resurrección. ¿Primera razón? La llegada al banquillo de un entrenador experimentado que levantó el fútbol en Las Palmas durante las últimas campañas. Si de algo puede presumir Quique Setién es de conseguir que sus elencos jueguen un fútbol vistoso, de posesión del balón y con marcado interés ofensivo. Setién garantiza, de antemano, el espectáculo en el Villamarín.

Esa fue la primera apuesta. Acertada en principio. Luego el ritmo de la pretemporada llamó a las dudas. El pecado es del club y no de Setién. Han perdido la confianza en parte de su afición. Lógico. Sin embargo, tras un comienzo incierto -como era de esperar dada la potencia del rival- en el Camp Nou, los blanquiverdes consiguieron sus primeros tres puntos ante un oponente directo: el Celta de Juan Carlos Unzué. Es el empujón necesario para arrancar de una vez la maquinaria.

Pero entrando ya en temas estrictamente futbolísticos, lo que tiene este Betis que no tuvieron los anteriores es solidez en cada una de sus áreas. La portería está muy bien cubierta por Adán. Es costumbre ya. Sin embargo, los fichajes han provocado un salto de calidad en el resto de los renglones. En defensa, Antonio Barragán puede ser perfectamente el lateral derecho del que ha carecido el equipo en los últimos años, un carrilero seguro atrás y con proyección en ataque; mientras Feddal y Amat aportan contundencia y, sobre todo, experiencia en el centro de la zaga. Pero a todo, aparentemente es el área más débil.

En el mediocampo la marcha de Dani Ceballos supone un duro golpe a la zona de creación. El talento que aportaba el canterano es, a día de hoy, prácticamente insustituible. Aun así, la llegada de Guardado es un sorbo de confianza que necesitaba Setién para llevar a cabo su estrategia. El mexicano es un jugador al que le sobra talento, pero además lleva a cuesta una respetable cantidad de partidos al más alto nivel, sobre todo con la selección azteca. Además, la llegada de Javi García consolida el puesto de contención, importantísimo para dar rienda suelta a Camarasa, Joaquín, Boudebuz (otro fichaje, zurdo muy habilidoso que puede ser sensación), Sergio León y compañía en labores ofensivas.

Precisamente es Sergio León una de las principales adquisiciones del Betis. Al principio creí que era la mejor. Jugador barato, de la casa, talentoso, peleador y certero en el remate. No se puede pedir mucho más. Sin embargo, cambié de opinión hace solo horas. La cesión del costarricense Joel Cambell puede ser, si funciona como se espera, la inyección definitiva que necesitan los andaluces para acercarse a puestos europeos. El tico es poseedor de una pierna zurda privilegiada, es rápido y potente, además de conocer la Liga Española. La clásica guinda del pastel.

Este breve recorrido por las principales figuras del Betis podría quedar anulado en caso de que Setién no consiga inculcar en el grupo su idea de juego. De antemano, comprender el estilo de un entrenador como Quique es tarea complicada. Sin embargo, si la plantilla logra una empatía con el técnico a nivel futbolístico el abanico de probabilidades se abre de un tirón. La calidad de la plantilla está, y ya esto constituye un avance considerable que agradece la grada del Villamarín -precioso  e imponente tras la conclusión de las obras, por cierto-. Resta entonces esperar a que el destino dicte su sentencia final.

Esperemos, entonces, que el Viva el Betis manque pierda retumbe de nuevo en la Liga Española. Y aunque si algo está claro es la fidelidad del beticismo, legendaria ya, es hora de que Viva el Betis. Sí. Pero el Betis grande, el respetado, el ganador. Que el lema cambie y sea un ¡Viva el Betis, y que gane!