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La Tercera de Jaén, a balón pasado

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El Real Jaén hizo lo que necesitaba hacer. Los puntos eran vitales, para seguir en busca de las posiciones que le coloquen con todos los que están llamados a la lucha final por el ascenso, los consiguió. Ganar era importante para hacer olvidar el revuelo del fin de semana. El cese, en plena madrugada, del Secretario Técnico era una mala situación previa para un partido que había que ganar por encima de todo. Podría haber sido el lunes y, estando mal explicado y creo que siendo un desacierto, hubiera evitado la inquietud en técnico y jugadores. Desconozco las razones reales del cese de Fernando Campos lo que parece claro, eso creo que lo ha captado todo el mundo, es que la decisión llega en un momento inexplicable y da una sensación muy extraña de cara al exterior. Personalmente estoy convencido de que los motivos no se han explicado en la nota. Las argumentaciones de esa nota son muy poco convincentes. Desconcertantes. El asunto es raro y, supongo, que alguna explicación más habrá. Solo espero que esto no sea el principio de otras cosas. Ojalá.

El partido, felizmente para el Real Jaén, no tuvo excesivos sobresaltos. Se jugó una primera parte de fútbol sin excelencia pero técnicamente correcto. Las cosas en el campo discurrían por los derroteros esperados y fueron superiores. En la grada se vivía con inquietud y ganas de ver como el equipo daba el primer paso para ganar. Esto no ocurrió en la primera parte y hubo que acudir a la segunda mitad para ver como los de casa abrían hueco con un gol de Copete, muy activo. Además el Real Jaén, se encontraba la vía ofrecida por el Torremolinos con la expulsión de Rivera. Pocos minutos después el conjunto de Valenciano cerraba el choque con un gol de Armero. Vera por la izquierda logra poner un balón en el interior del área malagueña y Copete traza un pase corto y preciso a la posición de Armero que logra definir con eficacia. Poco más. Tres puntos y satisfacción. Zamora no se conquistó en una hora. Ni el Real Jaén saldrá de la chistera como el conejo del mago. Siguen las obras.

Valenciano en rueda de prensa, acertado regate, no quiso valorar el cese de Fernando Campos. Mejor no entrar en eso cuando se desconoce el origen de la acción. Nadie conoce a nadie y tan extraña puesta en escena puede ser síntoma de cualquier cosa. De momento ayer, Valenciano y su equipo, no dieron motivos y ni argumentos para otra cosa que no sea seguir confiando en ellos. Esperemos que los sueldos de todos estén dentro de los parámetros del club y que no hay más sorpresas. Estaría bien descartar esa inquietud.

El Martos paró en seco. No pudo contestar al conjunto del Almería B. El partido, desde el inicio, tomó un camino no deseado para los marteños. El cuadro almeriense marcó antes de que los espectadores acabaran de acomodarse. Soufian puso por delante a los forasteros  e instaló la inquietud entre los seguidores marteños. Los de Toni salieron a buscar su parte. No se conformaron. Era muy pronto para dar aquello por perdido. Se despejaron y pusieron rumbo a la portería rival. Crearon algunas ocasiones y parecía que podrían equilibrar antes del descanso. Sin embargo los visitantes lo tenían claro. Sujetar y tratar de volver a buscar al Martos al mínimo descuido. La oportunidad les llegó y Sergio dio un mazazo con el 0-2. Más desesperación más intentos y más llegadas estériles del Martos. Descanso. La segunda parte fue un querer y no poder para el conjunto de la Peña. Iban y regresaba sin fruto. El partido se hacía corto para los intereses locales y el Almería aguantaba con orden y esperando. La sentencia definitiva llegaría con un gol de Javi que cerraba el marcador, el partido y la posibilidad de remontada. Serio parón para una excelente racha del Martos. La cara y la cruz del fútbol.

El Villacarrillo no gana. La crónica de nuestro compañero Diego J. González cuenta lo que paso en el Veracruz. Solo queda esperar que los villacarrillenses reaccionen y que termine la noche más oscura. Pocas palabras y pocos argumentos pueden echar luz a este panorama. Sin embargo hay razones para pensar que está muy cerca de dar el paso que les saque del desierto de un casillero con cero puntos. Es duro perder pero, quizás, es más duro perder rozando el empate o incluso la victoria. Los jugadores y el cuerpo técnico del Villacarrillo, los aficionados y la directiva deben unirse para evitar descalabros definitivos. Ahora todo es más difícil pero no es imposible.

El Mancha Real cumplió, ajustándose al guión, el papel de favorito y aprovechó su oportunidad. Llegaba herido por la derrota anterior frente al Martos y este triunfo en Villacarrillo, restaura el ánimo y da tres puntos, que no recuperan los perdidos pero alivian.

El Linares cumplió el pronóstico. Ganó y sigue su camino. El Melistar respondió a lo que se esperaba. El equipo de Melilla no era la “pera en dulce” que indica su clasificación. No son malos, solo han empezado mal y darán respuesta a no tardar mucho. Lo cierto es que salieron a sujetar al Linares y lo consiguieron. Bien trabajados y con la lección aprendida supieron evitar que el equipo de Aguado les redujera con un gol temprano. Dieron un nivel muy aceptable y los de casa tuvieron muchas  dificultades para concretar el pronóstico. El partido había que jugarlo. Dominio, llegadas, superioridad territorial y posesión ganada…nada más. El gol se resistió en la primera mitad. El descanso llegó mezclado con la ansiedad. Fuera del campo se mide el rival por la clasificación y dentro del campo por lo que, en cada partido, hace. El Melistar hizo un partido muy correcto en la primera parte y después…cedió.

La segunda parte fue en la que el Linares, mediando de una vez el acierto, logró hacer efectivo el pronóstico. No llegó el premio de pronto. El equipo visitante supo arroparse y para el Linares no resultó fácil abrir la puerta. Sin embargo, el premio a la constancia también lo concede el fútbol. José Manuel dio oxígeno a la grada y al equipo. Adelantó al Linares. El conjunto local sintió alivio y, quizás, rabia por lo sufrido. No les sirvió el gol que les daba en la victoria. Fueron a por más. Querían hacer bueno, en goles, el pronóstico. Fueron a por un resultado más de acuerdo a la tabla. No lograron nada hasta el postre. Con el partido casi cerrado fue Braim, volviendo a demostrar su buena intuición, el que atornilló el segundo gol. Fin. Solución a uno de esos partidos incómodos para los equipos que miran hacia la parte alta de la tabla. Había que ganarlo y el Linares lo ganó.

 

El Torredonjimeno no pudo. Hizo un primer tiempo que daba alguna razón para pensar que las cosas podrían cambiar en la segunda mitad. El partido era una ocasión pero también un cúmulo de dificultades por la forma de encarar el encuentro por parte de los de casa. Buen partido local.

Comenzó con gol del Rincón, Acosta, a los catorce minutos y con respuesta visitante por mediación, otra vez, de Javi Quesada. Buen goleador, buen líder. La segunda parte fue fatídica. Fueron los de casa los que pusieron la decisión y el ritmo. No pudo el equipo jienense para esa propuesta y llegaron los goles. Hay partidos que no se sabe bien cómo sujetar. Este, da la impresión, que fue uno de esos partidos para el Torredonjimeno. En menos de veinte minutos el Rincón, por mediación de Salve, López y Villegas, echaron por tierra los planes de Manolo Chumilla. Carrillo marcó el último del partido y el segundo del conjunto visitante. Un partido para olvidar y aprender. Habrá tiempo para otra cosa.