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Ave Pirlo

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El fútbol, parafraseando a Antonio Gala: “Es un estómago insaciable que devora a sus hijos a ritmo de charanga”. Esto lo dijo Gala en “Anillos para una dama” para hablar de la patria. Acertado Gala, como casi siempre. Estoy de acuerdo con él por lo que se refiere a ese concepto de patria, como por lo que tiene que ver con la voracidad del fútbol.  Este deporte crea y destruye ídolos, referentes transitorios y gente que pasa, brilla y desaparece. Sin embargo tiene inteligencia, memoria selectiva. Ve a mucha gente pasar pero, independientemente de las veleidades de la grada, elige a los suyos.

Pirlo, la última vez que vino a Madrid con la Juve ya venía de retirada. Estuve en el campo. Era su último partido oficial con su equipo en el Bernabéu. Los aficionados que sabían lo que estaba pasando, se pusieron en pie ante uno de los últimos genios del balón. Un futbolista que nació para esto y ennoblece su profesión. Es un jugador que, seas del equipo que seas, lo sientes como tuyo. Alguien que se produce en el campo como él, que se relaciona con el balón y con los compañeros,de ambos equipos, como lo hace él…es de todos. Luego, los «entendidos», los fanáticos, los que traducen balón por color y miedo, le silbaron porque no era de su equipo. ¡Qué visión tan rácana, tan pobre del fútbol!. Legítimo e inevitable. Ellos se lo pierden.

Sin embargo los que aman este deporte, al margen del marcador, fueron felices por haber visto, quizás por última vez, a unos de los ingenieros avanzados del fútbol. Pirlo es el genio que maneja el tiempo en un partido, es el dueño del pase. Sabe cómo se convierte en gol una falta imposible, cómo se crea y se ocupa un espacio. Este futbolista a tiempo completo, conoce el territorio y sabe, para más gloria del socio, dónde está el jugador con el que se tiene que asociar en cada momento. Es ejemplo de cómo se interpreta la victoria y la derrota. Fui consciente todo el rato de que, en directo ya no lo volvería a ver en una competición de su altura. No me acuerdo ni de cómo acabó aquel partido pero me acordaré, siempre, de que le vi jugar y de que… estuve a unos metros de Pirlo.