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Un barco a la deriva llamado Linares Deportivo

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Recién descendido a Tercera y con una campaña bastante negativa, el Linares Deportivo vive uno de sus peores momentos desde la refundación en 2009. La entidad precisa cambios en todas sus parcelas y la llegada de un entrenador que podría anunciarse en las próximas horas.

 

Que el Linares Deportivo está herido es algo que a nadie se le escapa. El Club vive uno de sus peores momentos desde que en 2009 unos cuantos «locos» decidieron que la ciudad de las minas no podía vivir sin fútbol. La entidad comenzó desde lo más bajo, visitando campos de tierra de la provincia y escalando peldaños año a año hasta que un día, volvió al lugar deseado; la Segunda División «B».

Tras dos años en la cuerda floja de la categoría, dicha cuerda se rompió. El Linares volvió a Tercera y una vez allí, los azulillos no logran recuperar las sensaciones que los colores y el escudo deben transmitir.

Lo cierto es que, centrándonos en esta temporada, hay que reconocer que todo es desastroso desde el principio. La posibilidad de recuperar la categoría en los despachos confundió a más de uno, y alguno, llámese Juan Ferrando que era el entrenador y el encargado de fichar, no dudó en salir corriendo. Tras su marcha, llegó Joseba Aguado, que se encontró un Club sin apenas futbolistas y sin saber quien sería el encargado de fichar. Según declaró el técnico granadino a este medio, el peso y el ritmo en el mercado de fichajes azulillos lo marcaba el Presidente, si bien éste, declaró en otros medios que él solo se encargaba de las negociaciones. Fran Lara y Manolo León son nombres que quería Aguado y que actualmente juegan en el Lucena. De los que no quería, y están, no hablaremos por respeto, aunque si es cierto que otros si que vinieron, como es el caso de Briones (que ya se marchó) solicitados por el técnico. Está claro que la planificación deportiva ha sido un fracaso por lo tarde que se comenzó y por la falta de diálogo entre cuerpo técnico y junta directiva.

También es cierto que esto es fútbol y el Linares Deportivo, que ahora está a seis puntos del play off, dentro de un mes puede estar mucho más cerca o incluso en puestos de privilegio, aunque con la imagen demostrada hoy, todo parece indicar lo contrario. No toda la culpa es de Medina, Ferrando o Aguado. Lo cierto es que a los jugadores habría que darles un tirón de orejas por la actitud en el Ciudad de Martos.

Chico se está comiendo un marrón que no le pertenece. Está siendo el encargado de dirigir un barco plagado de agujeros y que precisa de un capitán que sienta la responsabilidad de reflotar el barco. La interinidad de Chico le impide realizar ciertas maniobras, como por ejemplo, la de sancionar a Josema internamente por sus dos injustificadas expulsiones, o la de darle un toque de atención a un Robador que a pesar de sus casi dos metros de estatura, hoy recibió tres goles a balón parado y con remates en el área pequeña. Arturo pide paso urgentemente.

Pero quiero resaltar la actitud de los jugadores en el verde marteño. Joseba Aguado dejaba caer que algunos futbolistas no daban la talla para jugar en el Linares y según muchos aficionados, eso provocaba que los futbolistas no lo dieran todo en el campo. Ahora está Chico, quien delante de un micrófono se parte la cara por sus hombres, cosa que éstos no hacen en el campo. Tan solo Barba, Chomfli, Aguilera y alguno más hace méritos para merecer la camiseta y el escudo. Pueden estar mejor o peor, pero al menos se dejan el alma.

Hoy la afición pidió nuevamente la dimisión de Jesús Medina. Es el máximo mandatario y por tanto, si las cosas no van bien, tiene un alto porcentaje de responsabilidad, pero también habría que mirar a los entrenadores que han pasado, a los que tratan de destruir alrededor de la entidad y, muy especialmente, a los que se calzan las botas. A buen seguro serán las peores horas de Medina desde que llegó a la entidad, peores incluso que las del día del descenso. La presión podría hacerle dimitir y sería comprensible. Si las cosas no van por buen camino, hay que forzar un giro de 180º para recuperar la tranquilidad en la entidad y en lo personal. Yo, desde aquí, no voy a defender su labor en la presidencia porque los resultados y el momento me lo impiden, pero si que voy a ofrecer todo mi respeto al Jesús Medina «persona» como creo, es lo correcto.

Lo cierto es que tanto si continúa como si no, debe encontrar un entrenador urgentemente. Son muchos los nombres que han salido a la palestra. En este medio hemos lanzado los de Cusín, Loren, Bodipo, Tomé o Uribe porque son nombres con los que se ha hablado, pero por diferentes motivos, en principio no será ninguno de ellos quien se siente el próximo domingo en el banquillo de Linarejos. En ese banquillo se sentará un hombre tranquilo, educado, un entrenador de Club, de los que se amolda a lo que hay y trabaja sin rechistar. Un amante de la estrategia, del balón y del fútbol. Un hombre de origen extremeño con el que se negociará en las próximas horas pero que tiene muchas papeletas para sentarse el domingo en el banquillo de Linarejos. Evidentemente ese hombre tiene nombre y apellidos, también diminutivo, pero al ser un tapado, no será este medio quien levante la liebre jugando a dar exclusivas que puedan entorpecer la negociación.

Lo cierto es que este entrenador guarda relación y amistad con un redactor amigo de este medio por su pasado en un conjunto andaluz, de ahí que podamos facilitarles datos e informaciones sobre el técnico con el que se negocia en estos momentos. Sin duda, su perfil encaja en el actual Linares Deportivo.

Dicho esto, el Linares Deportivo necesita unidad. Esté quien esté,el barco azulillo solo llegará a buen puerto si todos reman en la misma dirección. Si Medina se queda, debe cambiar muchas cosas e imponer algunas menos. Aprender de los errores y no caer en el desanimo. Si se marcha, debe llegar alguien que pueda dedicarse de lleno al Club y que sepa rodearse de gente honrada y trabajadora, y que evite tener cerca a muchos de los que buscan el beneficio propio pensando que el escudo le pertenece, porque el escudo del Linares Deportivo a quien pertenece es a todos los azulillos y azulillas y no solo a unos pocos.

En definitiva, el Linares Deportivo tiene que cambiar la dinámica con trabajo, sacrificio, humildad y unidad. Todo por encima de los nombres. Por encima, solo el escudo y una historia que continúa.