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Fernando Campos: «El entrenador debe ser equilibrado, directo y justo»

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Planificación en buenas manos
Fernando Campos, Director Deportivo del Real Jaén

Hay lujos que no se deben permitir. Que Fernando Campos no tuviera, por voluntad personal, un banquillo era una forma de perder conocimiento, experiencia, jerarquía y carisma. Sería redundante echar mano de su hoja de servicios. Las reacciones tras su abrupta salida del Real Jaén, demostraron el nivel de conocimiento que la afición tiene del  exjugador, del técnico y de la persona. Suficiente, gratificante para él y luego y luego anécdota. La vida sigue.

Campos ha construido su relato deportivo a partir del trabajo, la entrega en el campo y la lealtad a las personas con las que se ha cruzado y a las instituciones a las que ha pertenecido.  La estructura personal de Fernando obedece a los mismos criterios. Persona sincera, directa y que usa la línea recta para unir dos puntos. Eso le ha ayudado y le ha acarreado más de un problema. Lo tiene asumido y «a estas alturas de partido» ya no va a cambiar.

Felizmente para el fútbol de la provincia y, tras no pocas vueltas a las ventajas y a los inconvenientes, Fernando Campos se estrena en el banquillo del Atlético Porcuna. Sale de su rincón de seguridad y se implica en un proyecto que pasa por dificultades. Nada nuevo que explicar con respecto a esta situación. Derrotas continuadas y relevo.

A partir de ahora el equipo de Porcuna, no sé si habrá o no milagro, pero tendrá la ocasión de conocer este juego desde su raiz más pura. Me refiero al respeto al fútbol y a sus cánones. La pelota es lo primero y el futbolista, el ser humano, lo más importante. Lo de la pelota puede parecer una perogrullada, pero no lo es. Hay entrenadores, no importa la categoría, para los que la pelota es un problema. Si no hubiera balón serían felices. No es el caso. Las categorías obligan, las plantillas condicionan y los objetivos aprietan pero, cuando se tiene un entrenador con los pies en el suelo y capacidad para hacer pedagogía a la hora de contar su idea, las cosas son más fáciles: «El entrenador debe ser equilibrado, directo y justo». Este es su modo de interpretar el cargo.

Nada es previsible en el fútbol y no hay, necesariamente, relación causa efecto entre la salida de un entrenador y la entrada de otro para que las victorias lleguen. Esperemos que en este caso, por bien del equipo y del nuevo técnico, se produzcan. Hay tiempo y liga para intentarlo. La garantía es un plantel con muchas ganas y un entrenador con el fútbol como lengua materna. Se puede.