Inicio 1ª División Zarandeo sin contemplaciones en 45 minutos (5-0)

Zarandeo sin contemplaciones en 45 minutos (5-0)

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Si la primera parte del Real Madrid – Sevilla no se hubiese acabado nunca, es probable que Cristiano Ronaldo ya hubiese ganado su sexto balón de oro. Los hispalenses, entrenados excepcionalmente por Marcucci, dieron un curso en Chamartín de cómo no se debe jugar al balompié. La primera lección la impartió Muriel, que despejó hacia su portería en el minuto dos, para regalarle el primer tanto a Nacho. Pocos podían imaginar que, 45 minutos después, los de Zidane se irían a los vestuarios con 5-0 y la sensación de haber podido marcar unos cuántos goles más.

El resultado respondía, en su gran mayoría, al desconcierto inusitado en el que estaban sumidos los once jugadores visitantes sobre el césped. Como atrapados en una gigantesca telaraña imaginaria, los centrocampistas no conseguían trenzar dos pases seguidos, y Nolito y Navas, los extremos, corrían en dirección hacia la nada. Sin ideas y, se diría, sin ganas. Intentó el Sevilla manejar algo la pelota tras el tempranero tanto de Nacho, pero otra pérdida en el medio del campo provocó una rápida y magistral conducción de Asensio que devino en un pase al hueco precioso para que Ronaldo anotase su primer tanto de la noche. Es tan bueno el joven mallorquín que parece justo pensar que, si Cristiano a sus 32 años tiene cinco balones de oro, Asensio tendrá, cuando cumpla esta edad, un mínimo de nueve.

Navas, que mantiene la misma cara de crío que cuando empezaba en el instituto, hizo una cosa, precisamente, de niños: un penalty absurdo por mano dentro del área. Se encargó de transformarlo Cristiano. Se cumplía la media hora del partido y aún quedaban otros quince minutos de pena de los sevillistas. El cuarto gol llegaría tras un robo de Cristiano, que cedió para que entre Lucas Vázquez y Kroos culminasen la obra. El alemán fue el encargado de introducir la pelota en la red. Lo del centrocampista del Real Madrid es una oda al pacifismo, pues nunca golpea el balón con violencia, y hasta sus tiros a puerta se pueden analizar como pases a la red. Una elegancia de fábrica, como buen alemán, y es que Kroos solo tiene el botón de la «x» en su Playstation.

Pero aún quedaba más. Benzemá asistió a Achraf para que el canterano se estrenase como goleador. El madridismo se echaba las manos a la cabeza con la soberana paliza que estaba infligiendo al Sevilla. Además, el joven marroquí se superaba a sí mismo: ya ha marcado más goles en Liga que centros buenos ha conseguido poner. A la hora de centrar, los puestos de los aledaños del Bernabéu cierran sus puertas. Es lo único que le falta por pulir para ser tomado en serio. Su partido de ayer fue prácticamente brillante.

Y la segunda parte no sirvió para nada. El Sevilla completó su terrorífica actuación y el Real Madrid se dedicó a guardar energía de cara al viaje a los Emiratos Árabes Unidos. No hay nada como recorrerse medio mundo para seguir curando heridas y ganar un nuevo título.

Fotografías: Realmadrid.com