Inicio Opinión Antonio Oliver Villacarrillo, segunda vuelta. Vuelta de la esperanza

Villacarrillo, segunda vuelta. Vuelta de la esperanza

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La planificación de una temporada depende de factores que se pueden planificar y, a veces, de muchos aspectos que es imposible controlar. El Villacarrillo ascendió y comenzó a pensar en su retorno a Tercera. Había un panorama complejo pero, por delante, pero se podía pensar en positivo. La alegría dio paso al trabajo de buscar una estructura fiable para el retorno.

Sin embargo ya no se podía contar con el técnico que tan brillantes resultados había cosechado en el banquillo del Veracruz. Valenciano aceptaba la oferta del Real Jaén y salía del club con varios jugadores que había tenido a sus órdenes.

El panorama se empezó a complicar desde ahí pero todavía había tiempo. A partir de ese momento comenzaba el “tour” para encontrar un técnico que encajara en lo deportivo y que cupiera también en lo económico. Había una opción clara desde el primer momento, Juande Peralta. Sin embargo la titulación del actual entrenador del CD Navas, hasta diciembre, no le permitía sentarse en el banquillo de su pueblo. Juande y la directiva local, con buen criterio, obviaron cualquier “dribling” al reglamento.

Se requirió la presencia de Rafa Ruano, que tuvo como segundo a Juande. La pareja técnica era buena. Ruano es un entrenador con experiencia, conocedor de la categoría, y Juande un apoyo fuera de toda duda.

Sin embargo la plantilla que se confeccionó, con los recursos disponibles, no terminó de encontrar el camino. La historia es conocida y desembocó en el cese de Ruano y la dimisión de Peralta. El equipo murió, demasiadas veces en la orilla. Nadie atropelló al conjunto campiñés pero no logró ganar un partido. Demasiado castigo para los méritos demostrados.

La salida de Ruano dio paso a un cambio radical. Los medios económicos, lo condicionan todo. Pese a ello se produce un cambio radical. Llega Jesús Párraga, un técnico con solvencia en la categoría, y con él una reconversión profunda de la plantilla. Jugadores de diferentes nacionalidades se incorporan como refuerzos y vuelve alguno de los que salieron con destino al Real Jaén

Se renuevan los ánimos y, finalmente, en Melilla llega la primera victoria. Un respiro pero, en adelante, vuelven los mismos resultados. Destaca un empate frente al Real Jaén que da muestra del potencial del equipo.

Esas sensaciones mantienen el ánimo de jugadores, cuerpo técnico y directiva. Incluso la afición, aun viendo perder a su equipo lo han despedido, alguna tarde, entre aplausos. El clima no es malo. El equipo tiene argumentos y la afición, en vista del esfuerzo, paciencia. Hay una segunda vuelta por delante. La vuelta de la esperanza.

La pendiente es altísima y los números, casi disuasorios. Sin embargo si el equipo arranca en Guadix, empezaría un nuevo ciclo. Una oportunidad matemática y anímica se abriría. Un triunfo, ante un rival de la misma franja, vale tres puntos que son más que tres puntos. Se pueden hacer cuentas.

Es una tarea de titanes pero, nadie ha humillado en el campo a este equipo. Nadie ha podido relajarse y, casi todos, ganaron por la mínima. Puede que la fortuna, hasta ahora esquiva para los celestes, se sume al esfuerzo y contribuya al milagro.

Desconocemos los que puede pasar, pero si algún equipo ha hecho cosas para, pese a perder mucho, seguir creyendo en él, ese es el Villacarrillo de Jesús Párraga. El domingo deben buscar en Guadix una razón para seguir luchando y, a partir de ahí, todo es posible.