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Rafael Rivas, el capitán de un Villanueva histórico

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Diego Delgado Linares.- Sin contemplaciones. Saludo al rival y listo. Nunca engaña. Siempre preparado. Su firma en un papel en blanco. ¡Como se compraba la madera antiguamente! La palabra dada.

Sin bromas durante 90 minutos. Fiel a un estilo, al entrenador, al compañero, al fútbol. Fútbol con mayúsculas.

Hablo en presente porque, aunque han pasado muchos años, cuando me lo cuenta, lo estoy viviendo. No me aburro. Vendaval de experiencias.

Rafael “ Rivas”, tiene el balón entre ceja y ceja. Comenzó en serio, ya de pequeño, con 14 años. Entonces no se competía. A principios de los setenta, él ya sentía devoción por el balón.

Pasados unos cuantos años, se puso el listón alto. Tuvo la oportunidad de comenzar en el Úbeda gracias al altruismo de una persona. “ Un señor se propuso que yo jugara en el Úbeda y hasta que no me ficharon no paró”.

A finales de los 70, el Úbeda, era todo un referente en fútbol a nivel andaluz. Compañeros de Rivas como el portero Sola, que jugó en los juveniles del  R. Madrid, Casas, Juanón “Toral”, Sosa o el paraguayo Edu, competían de tal forma, que durante dos años estuvieron luchando por el ascenso a 2ª B.

Hablamos de las temporadas 79-80 y 80-81: “En la primera temporada, el entrenador fue García de Miguel y el siguiente año, nos entrenó Vicente Piquer de Valencia. Llegó a ser internacional con España, jugando de lateral derecho. Esta era mi posición; seguro que se me contagió algo de él”.

Durante estos años Rivas era un profesional del balón. Entrenaban mañana y tarde: “Recuerdo el partido amistoso de presentación con el Úbeda en el año 1979. Jugábamos contra el R. Jaén.  Nuestro paisano Urbano, que acabó jugando en el Barcelona, ya  jugaba con ellos. Mis padres y los suyos mantenían cierta  amistad. Estaban juntos viendo el partido ese día. Me tocó marcarlo.  A mi me daba igual; aunque fuera amistoso tenía que hacer mi trabajo. Urbano casi no la tocó”.

Durante estos dos  años, Rafa alternaba el fútbol  con su otra obligación que era ayudar a sus padres en el negocio familiar.

A finales de la temporada 80-81, Rivas llegó a tener el contrato con el R. Jaén redactado,  a falta de la firma del presidente del Úbeda. Su gran ilusión: “Le comuniqué al club, que yo pagaba la carta de libertad. En aquella época, los presidentes podían retener al jugador durante dos años.  El presidente se negó. No pude cumplir mi gran sueño”. Posteriormente, Rafael Rivas, tenía que “cumplir”, y pasó a cobrar un pequeño sueldo de soldado. A la vuelta, las cosas tomaron otro rumbo.

Un restaurante de referencia, durante muchos años, en Villanueva Del Arzobispo  ha sido “La Espuela”.  Sostén económico de una familia de 8 hijos. 

La madre de Rafa, desde muy temprano, mimaba las perolas durante la toda la mañana, para que principalmente los currantes, disfrutaran de un manjar a precio de obrero. Rivas aprendió en la “Espuela” a competir de igual a igual, a conjugar la vida y el fútbol. Durante el día trabajo en el restaurante y por la noche, entrenamiento.

Rivas se incorporó al C.D. Villanueva en la temporada 85-86. Entonces lo dirigía Juan Lucena. El mister comenzó a hacerle jugar de central: «De aquel año recuerdo algunas anécdotas pero una especial por lo mal que me sentó. Jugando en Coín, íbamos perdiendo ya por 5-0, y yo estaba en el banquillo. Lucena me dijo que calentara a falta de 5 minutos para acabar. Diego tú me conoces bien… te puedes imaginar lo que salió por mi boca…»

Manolo Haro se hizo cargo de la plantilla la temporada siguiente: «Era un entrenador especial. Tenía más de 60 años. Utilizaba métodos antiguos; era muy físico y muy serio. Recuerdo un partido, jugando en Torremolinos y dirigiéndose a la defensa le dijo a dos jugadores: “vosotros hoy vais a jugar porque no tengo a otros”. También es cierto que físicamente era el mejor preparado de toda la plantilla, a pesar de la edad».

Rivas jugó en Villanueva junto a grandes del balón como Casas, Ángel, Carriquí,  Chemi, Galiano, el gran Carles, Juande Peralta o Cocera.

Al siguiente año, el C.D. Villanueva ficha a Gregorio Manzano. Desde el principio, Rivas quedó cautivado: «Consiguió algo increíble, siendo muy pocos en la  plantilla. Continué jugando con Manzano en el centro del campo. Nos ganó en poco tiempo, con la palabra. La pretemporada fue dura, en cuanto a entrenamientos. Utilizaba métodos desconocidos por mí hasta entonces. Comencé a entender el fútbol de otra forma. Es difícil explicarlo si no lo has vivido. Hicimos un temporadón.  Ese año jugamos la liguilla de ascenso a 3ª división; ¡aquella 3ª división!».

Su curriculum se amplía hasta La Puerta de Segura. Estuvo dos años a las órdenes de Juan Higueras y García Laso. Allí compartió vestuario con grandes jugadores como Angel, Chemi, Fernando Martínez o Emilio Martínez. Todos ellos cuidadores de “la bola” . Un lujo.

La vida deportiva de Rivas se ha desarrollado desde el centro del campo hacia atrás. Ocupar un sitio, llenarlo y darle forma no es fácil. Cuando los compañeros interiorizan que hay un timonel que dirige, el barco navega tranquilo, sin sobresaltos. Esto es lo que Rivas ha transmitido a los equipos en los que ha jugado: «Por mi posición en el campo, prefiero el fútbol directo. A veces me llega a aburrir el fútbol de toque. No hay nada como el fútbol inglés, de entonces».

Rivas ha sido en muchas ocasiones jugador de marcaje directo al rival: «No entiendo por qué ahora no se practica más. Es un recurso más que el fútbol tiene».

Rafa, es un forofo del R. Madrid desde que tiene uso de razón. Tiene una memoria exquisita para recordar jugadas, resultados  y anécdotas de su equipo: «A mi juicio el jugador que más proyección tiene  en el Madrid es Marco Asensio. Es un jugador diferente».

Rafa Rivas ha estado durante muchos años  asociado de una u otra forma al fútbol. De hecho durante dos años fue secretario técnico del Villanueva  y durante otros dos Presidente.

Entre otras cosas, consiguió dos hitos importantes  teniendo en cuenta la dificultad tan grande que existe en estas categorías. Una es que un gran número de partidos se disputaban por las mañanas, cuando él era presidente y la otra es que dejó al club con superávit.

Nuestro protagonista de hoy,  siempre ha querido ser fiel a una forma de entender este juego, al margen de posiciones en el campo. Marcaje férreo, angustioso. Doble sacrificio, el suyo y el del compañero.  Y defensa a ultranza del equipo. Quizás casi todo esto se forjó en la ”Espuela” junto a sus padres y todos sus hermanos. Casi un equipo de 11.

En la actualidad regenta el genuino “ Pub Juan Carlos” en Villanueva del Arzobispo. Lleva más de 30 años al frente del  negocio.

Siempre tiene algún problema pendiente y siempre lo doblega. Todo le parece poco para los suyos . Disfruta viéndoles disfrutar y se prepara para ello. Mientras jugaba, estudiaba el movimiento del rival y esto  creo, le ha servido para saber qué necesita su cliente.

El agradecimiento de Rivas al mundo del fútbol es evidente y continuando con este agradecimiento, hace una reivindicación: «Hubo una persona en Villanueva, que se propuso recuperar ,y lo consiguió, el fútbol en la localidad . Lo hizo en un momento muy difícil, cuando no había ningún tipo de infraestructura. Considero que, Villanueva en su conjunto, no ha sabido responder  a este hecho tan importante, después de muchos años . Pido por tanto, a los políticos de este pueblo, que como mínimo estudien la posibilidad de  que el campo de fútbol pase a denominarse Antonio Domínguez Pérez. Él fue el primer y principal artífice de todo lo bueno que ha venido después, con relación a este deporte en Villanueva del Arzobispo».